Obtener el carné de conducir forma parte de la rehabilitación de presos de algunas Instituciones Penitenciarias. Muchos de ellos conducen desde siempre, empezando estas prácticas siendo menores y sin obtener nunca un permiso legal. Ahora aprovechan el tiempo en prisión sacándose el carné.
Las clases teóricas de los permisos tendrán lugar en cada centro penitenciario, mientras que la formación práctica, se realizará fuera de las prisiones y correrá por cuenta del recluso, así como la tasa de examen. El precio tanto de las tasas de los exámenes como del curso es el mismo que en la calle.
Las autoescuelas que participan en la campaña de educación vial en centros penitenciarios imparten enseñanza teórica y práctica a los internos admitidos al programa, que pueden acceder a los permisos de conducir de las clases B y A2 y, además, participarán en actividades de concienciación en esta materia.
Para poder realizar las clases prácticas tendrán que esperar a obtener las autorizaciones necesarias que les permitan salir de prisión, y en ese momento podrán comenzar las clases.
En España, dos mil personas cumplen condena por delitos de tráfico, y más de 500 ya se han sacado el permiso de circulación en prisión.