La presión hospitalaria comienza a golpear en la segunda ola, pero no en todas las comunidades
Hay comunidades como Madrid, La Rioja o Castilla y León que superan la ocupación del 30% en UCI; Galicia apenas llega al 6%
Navarra, a pesar de ser la comunidad con más incidencia acumulada, tiene una ocupación hospitalaria del 13,8% y del 29,2% en UCI
En las últimas semanas la incidencia de casos de coronavirus en España se ha acelerado, lo que ya empieza a notarse en la situación de hospitales y centros de Atención Primaria. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, del 21 de octubre, hay 13.698 pacientes ingresados por COVID en el territorio español. Esto supone un 11,51% de las camas disponibles. De estas personas, hay 1.930 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), un 21,5% de las plazas equipadas con respiradores y atendidas por personal especializado.
Pero, aunque la situación no es tan grave como en abril o mayo, cuando hubo un colapso total en muchos hospitales españoles, lo que preocupa es el rápido aumento de hospitalizaciones desde finales de septiembre.
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Rápido aumento de los ingresos semanales
En la semana previa al 30 de septiembre, 2.264 personas fueron ingresadas por COVID en todo el territorio. En los próximos siete días bajaron ligeramente a 2.249; en los siete siguiente subieron hasta las 2.963. El golpe de gracia han sido las últimas siete jornadas. A día 21 de octubre, la cifra ha aumentado hasta las 3.931 hospitalizaciones. Es decir, el número de ingresos semanales ha crecido un 73,6% a nivel nacional en este tiempo.
En el caso de los pacientes de UCI, la tendencia también es al alza. El último día de septiembre el número de nuevas camas ocupadas en la semana anterior era 168; siete días después bajó a 157 y luego escaló a 190. Este miércoles la cifra se situaba en 274. Un 63,1% más que hace tres semanas.
Además, hay que tener en cuenta que los pacientes en cuidados intensivos suelen tener convalecencias más largas, por lo que la saturación de estas camas es más susceptible de aumentar la presión hospitalaria. Asimismo, al tratarse de los casos más graves, es un indicador importante al valorar el impacto del virus en cierta región.
De Madrid a Galicia
Sin embargo, la presión asistencial es dispar en nuestro país: en Madrid, Castilla y León y La Rioja, más del 30 % de las plazas disponibles en UCI están ocupadas por pacientes COVID. En cambio en otras regiones como Galicia, Cantabria, Canarias o Valencia está por debajo del 15%. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad los porcentajes más altos de ocupación de camas UCI se dan en Madrid (39,3%), Castilla y León (35,7%), La Rioja (35%), Navarra (29,2%) y Aragón (28,5%).
Con una incidencia de más de 1.000 casos por 100.000 habitantes, Navarra es la comunidad con mayor transmisión comunitaria. Sin embargo, la Comunidad foral no alcanza los niveles ocupación de Madrid, que a pesar de haber bajado su IA por debajo de los 500 casos, lidera el ranking. En la provincia madrileña hay ingresados 3.152 pacientes de COVID-19 (el 19,7 % de las camas hospitalarias), 495 de ellos en cuidados intensivos (el 39,3 % de las plazas disponibles). En Navarra, 296 personas están en planta (13,8%) y 38 en UCI (29,2%).
La diferencia de ocupación en las camas COVID entre comunidades es de hasta un 32,6%
Aunque desde finales de septiembre, el porcentaje de pacientes en planta ha subido un 4,7% y en cuidados intensivos un 11,3%. En el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), en Pamplona, trabaja Mari Carmen como enfermera. En estos días ha visto como nuevas plantas se han destinado a los enfermos de COVID. En sus palabras, la principal diferencia respecto a la primera ola es que se está tratando de mantener la actividad no relacionada con el coronavirus. "Hay cirugías que necesitan camas UCI", explica.
Desde Palencia, otros de las zonas que más preocupa actualmente nos habla Bea, también enfermera, en la UCI del Complejo Asistencial de la ciudad. "Desde septiembre está todo bastante mal, muchos casos, hubo rebrotes dentro del propio hospital", cuenta. La llegada temprana de la segunda ola coincidió con las reformas de la planta de cuidados intensivos, empezadas en verano. "Empezaron a meter a gente en la UCI sin tener acabadas las obras", señala Bea. "Ahora mismo hay tres UCI de COVID y una de pacientes convencionales", explica.
En el otro extremo de España se encuentra Galicia, con solo un 4,7% de sus camas convencionales ocupadas por enfermos de COVID, con 351 ingresos, y un 6,7% de ocupación en UCI, con 44 personas. Es decir, la ocupación es un 32,6% menor en cuidados intensivos que en Madrid. Cantabria -con un 9,7% de camas ocupadas en planta y un 11,3% en UCI- o la Comunidad Valenciana -con un 7% y un 12,6%, respectivamente-, también se sitúan en la parte baja de la tabla.
Se comienza a plantear restrasar cirugías
Sin embargo, según el último informe epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), se observa un incremento significativo de la incidencia acumulada de casos entre las dos últimas semanas en Andalucía, Asturias, Cataluña, Extremadura, Galicia, Navarra, País Vasco y La Rioja. Lo que podría traducirse en un aumento en el número de ingresos, especialmente, en los casos de mayor gravedad, que tienden a reflejarse más adelante en el tiempo.
Desde Gipuzkoa nos habla precisamente, Maialen (nombre ficticio). Ella trabaja como enfermera en el hospital de Zumarraga, el centro de referencia para algunos de los pueblos que ahora concentran la mayor incidencia de la región (por encima de 500 caso) como Azkoitia, Ordizia o Beasain. Allí ya han tenido que habilitar una planta improvisada en los vestuarios del personal para los convalecientes de intervenciones menores, pero que implican pasar una noche en el centro. "No hay camas en planta", dice indignada.
En algunos hospitales de Cataluña como nos comenta fuentes del Sindicato de Médicos de Cataluña, "ya se están retrasando o suspendiendo las cirugías no urgentes". Lo que supone un alargamiento de las listas de espera.
Algunos hospitales comienzan a retrasar cirugías o ampliar las camas para enfermos
En cuanto a los enfermos que ingresan en el hospital, al igual que en la primera ola la mayoría de ellos son las personas mayores de 80 años. Además, como apunta Mari Carmen, a diferencia de en la primera ola, se está ingresando a los ancianos de las residencias que así lo necesitan en los hospitales, en vez de atenderlos en sus centros. "Muchos vienen con miedo. Piensan que no es seguro", comenta, apenada.
La moral de los sanitarios
Un problema añadido en esta segunda ola a la presión asistencial es el esfuerzo extra que arrastra el personal sanitario desde marzo. Entre los profesionales que han hablado con NIUS, la palabra que más se repite es 'cansancio'. La falta de personal para cubrir bajas y las precarias situaciones de la plantilla actual son una queja recurrente. "Nos quitan vacaciones, nos llaman en nuestros días de descanso", señala Bea.
"Si un profesional no puede acudir a su puesto porque está confinado, los compañeros asumen la carga de trabajo", apunta Miriam Rubio, secretaria provincial de el Sindicato de Enfermeras de Segovia. En esta provincia hay un único hospital, que ya en la primera ola tuvo que absorber todo el peso asistencial de casos graves. Los centros pequeños como este, con menos posibilidades de ampliar su número de camas COVID, son los más susceptibles a sufrir un colapso repentino.
Estamos cansados y enfadados
Otra queja común es la incertidumbre del personal sanitario, que de semana a semana pasa de estar asignado a una planta a otra, cambiando constantemente de pacientes. "Es una situación que provoca estrés", dicen varios de las personas contactadas.
Muchos también están "enfadados" con la actitud de la sociedad. "Hay una parte de la población que no respeta las normas y es una de las causas de la alta transmisión", señala Rafael Carrasco, presidente del Sindicato Médico Andaluz. "Las restricciones que se apliquen, se esté más o menos de acuerdo, deben cumplirse", comenta.