Los expertos debaten cuántas muertes por covid nos parecerán tolerables tras el fin de la alarma

  • España deja atrás el estado de alarma con la vacunación avanzando a buen ritmo y una incidencia a la baja

  • El nuevo intento de normalidad invita a preguntarse cuántas muertes e ingresos por el patógeno serán aceptables de cara al futuro

  • Una mayoría de expertos consultados por la revista 'Nature' ya señaló en febrero que el coronavirus terminará siendo endémico

España cierra el estado de alarma con el verano muy cerca, la vacunación avanzando a buen ritmo y una incidencia a la baja, si bien cinco comunidades siguen en riesgo alto. La caída de muchas restricciones coincide con un agotamiento general tras más de un año de coronavirus, mientras el Gobierno asume que es la etapa final de la pandemia e incluso busca pensar en el futuro a pesar de las críticas. El nuevo intento de normalidad invita a una pregunta: ¿con cuántas muertes e ingresos aceptaremos convivir?

La revista Nature lo preguntaba esta semana haciendo referencia al "mundo postpandémico", que en España y en Europa posiblemente tendrá que ver con un gran porcentaje de inmunizados y poca transmisión del virus. Algunos expertos creen que aun en ese escenario habrá mortalidad y contagios graves. "Tenemos que aceptar que la gente seguirá contagiándose, ingresando en el hospital y muriendo de coronavirus en el futuro", dijo el epidemiólogo James McCaw a la publicación científica.

Además de trabajar en la Universidad de Melbourne, McCaw es asesor del Gobierno australiano, un país que ha adoptado una política de tolerancia cero frente al virus, como Nueva Zelanda o China. Bajo esa estrategia, un pequeño brote local basta para confinar ciudades enteras y hacer pruebas masivas. El enfoque es distinto en buena parte de Europa, donde la transmisión comunitaria es habitual. La diferencia hace pensar que los umbrales de convivencia en el futuro serán también dispares.

César Carballo, médico de urgencias del Ramón y Cajal: "En las elecciones de Madrid, la ciudadanía dijo que ya estaba harta de confinamientos"

En el caso de España, César Carballo apela a esas dos realidades para imaginar la futura relación con el virus. "Hemos decidido vivir así. Significa convivir con un enemigo que te va matando un poquito más, un poquito menos", cree el médico de urgencias del Hospital Ramón y Cajal, que recuerda las imágenes del día a día sin mascarillas en Corea del Sur o Taiwán y una realidad bastante más parecida a la vida de antes de la pandemia.

"Ahora, con estas opciones que hemos elegido, nos toca apechugar y vivir permanentemente en peligro y permanentemente en estado de alerta a las personas", agrega el sanitario, crítico con el final del estado de alarma y el levantamiento de las restricciones.

Ante la pregunta de si eso implica tolerar más fallecimientos y hospitales saturados, Carballo pone como ejemplo las recientes elecciones en la Comunidad de Madrid. A su juicio, el rotundo triunfo de Isabel Díaz-Ayuso es una prueba de que sí.

"Es un poco lo que quiere la ciudadanía, que por ejemplo en las elecciones de Madrid ha dicho que estaba harta ya de confinamientos y que prefería una cierta tolerancia a la enfermedad y unos ciertos números a seguir confinados. El político entiende y escucha y creo que es un error, a la gente no se le tiene que dar lo que pide, sino lo que necesita", señala el médico.

Jonay Ojeda, portavoz de la SESPAS: "No podemos mantener un estado de alarma indefinidamente"

Pero ¿es imaginable vivir siempre en alerta? Un asesor del Gobierno británico y experto en enfermedades infecciosas consultado por Nature estimaba que, tras más de un año de pandemia, ciertos riesgos han empezado a asumirse en la sociedad frente a un virus ya más conocido. Si en marzo del año pasado los Gobiernos impusieron duras restricciones ante la emergencia del patógeno, el umbral es ahora más alto.

"El final del estado de alarma no significa ni más ni menos que el virus haya desaparecido", dice José Jonay Ojeda, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (SESPAS), pensando en el caso español. "Pero también tenemos que poner en esa balanza el equilibro de que tampoco podemos aspirar, probablemente como sociedad, a limitar nuestros derechos fundamentales. No podemos mantener un estado de alarma indefinidamente", afirma el experto.

Ojeda cree que el futuro pasará por el difícil encaje entre una vuelta progresiva a la normalidad y mantener una vigilancia epidemiológica eficiente. Y que eso, empezando por la vida después del estado de alarma, implicará una cierta tolerancia.

"Es de alguna manera asumir riesgos, pero también hay que empezar un poco a buscar otra de forma de convivir con la situación, que no con el virus, pero sí con la situación", considera el especialista en medicina preventiva, que confía en el papel que jugarán las comunidades autónomas en ese control.

¿Enfermedad endémica o erradicable? ¿Vamos rumbo a una gripe estacional?

La pregunta del futuro umbral de tolerancia frente al coronavirus pasará también por saber si será erradicable o si, por el contrario, vino para quedarse como resfriado o gripe estacional. En febrero de este año, una mayoría de científicos consultados por Nature ya señaló que será imposible de erradicar y terminará siendo endémico.

Los expertos dieron varias razones para ello: que las variantes escapen a la inmunidad; que la inmunidad no sea lo suficientemente duradera; que las vacunas no lleguen a todo el mundo y que el coronavirus sigue presente entre los animales. Un escenario parecido al de la gripe, un virus que deja todos los años entre 300.000 y 600.000 muertos en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud, ¿será entonces aceptable?

Además de las muertes, la saturación hospitalaria será otro indicador clave: si el coronavirus vuelve a monopolizar los hospitales, dicen los expertos, los niveles de mortalidad e ingresos probablemente no serán tolerables. Ojeda concluye con otro aspecto a considerar: la imagen y la confianza en las instituciones.

"La comparación es con la gripe estacional, pero tenemos muchos otros problemas de salud. La sociedad va a entender que esto es asumible siempre y cuando sea en situaciones que no se puedan prevenir, que no se puedan evitar", afirma el portavoz.