Un experimento analizó el comportamiento físico de 749 participantes de avanzada edad que practicaban menos de media hora de ejercicio físico diario. El resultado publicado en la revista 'Journal of the American Medical Directors Association' evidenció como estas personas mayores sufrían menos roturas y tienen mejor calidad de vida que otras que no lo llevaban a cabo. Se comprobó mediante la utilización de un acelerómetro, aparato que mide la evolución utilizando la Escala de Rasgos de Fragilidad e incluye en su evaluación 7 dimensiones: balance energético y nutrición, actividad física, sistema nervioso, sistema vascular, fuerza, resistencia al esfuerzo y velocidad de la marcha.
Según el informe estadístico, a partir de los 27,25 minutos de realización de ejercicio físico el tiempo sedentario no posee un efecto negativo sobre la fragilidad de las personas. De esta forma, hallaron una relación importante entre el tiempo sedentario y el desarrollo de la fragilidad, detectando que la actividad física moderada-vigorosa modula esta composición. Además, algunos estudios indican que realizar ejercicio al menos en un total de media hora favorece la correcta presión arterial.
"Tanto el movimiento (de forma positiva) como el sedentarismo (de forma negativa) influyen de modo importante en la incidencia de sufrir el síndrome de fragilidad en personas mayores", ha señalado el jefe del grupo GENUD Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha y coordinador del proyecto, Ignacio Ara.
Como conclusión, el estudio recomienda la realización de una actividad física diaria de carácter moderado así como reducir el comportamiento sedentario, especialmente entre adultos mayores inactivos.mayores inactivos.
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