En las cenas de navidad españolas no suele faltar el marisco: gambas, langostinos, incluso cigalas llenan las mesas para celebrar las fiestas. Si eres amante de esta comida más de una vez habrás descubierto alguno de ellos con una mancha negra en la cabeza que puede llegar hasta las patas y la cola.
Los expertos han aclarado que este color no significa que el alimento esté malo y que no se pueda consumir, sino que surge por una de sus enzimas, la polifenoloxidasa, que proporciona resistencia a las enfermedades a los artrópodos. Esta enzima se encuentra también en las manzanas y patatas, y al entrar en contacto con el aire se produce una oxidación llamada melanosis.
De ahí surge el color negro en las cabezas, esa parte que se convierte en un manjar para muchos, y que puede provocar un aspecto menos apetecible, pero que no supone un riesgo para la salud. Lo que sí advierten los expertos es que los fabricantes pueden utilizar sulfitos para combatir este fenómeno que pueden desencadenar crisis de asma. Por ello, estos conservantes tienen que estar bien especificados.