Ocurrió el pasado miércoles en un inmueble de la calle Cerdá de Alicante. Los agentes fueron avisados de un posible caso de maltrato animal a un perro que no paraba de chillar, tal y como publica Diario Información.
Cuando la policía llegó al domicilio, encontraron al joven en el rellano recogiendo unos cristales rotos.
Tras preguntar por lo ocurrido, el joven argumentó que estaba jugando con el cachorro cuando chocó contra una ventana.
La pareja del detenido aseguró que no sabía lo que había ocurrido y que cuando llegó el perro ya estaba lesionado. No tenían cartilla sanitaria ni chip de identificación del perro.
Tras el arresto, el detenido comentó a los agentes que hacía un mes se le escapó el perro y que le dio varios golpes para que no volviera hacerlo y enseñarle.
Inmediatamente la Policía trasladó al animal a una clínica veterinaria, donde certificaron que las lesiones que presentaba no se podían haber generado contra un cristal. La especialista explicó a los agentes que el motivo del estado del perro podría haber sido un golpe fuerte y seco, como una patada.
El propietario del animal fue trasladado a dependencias policiales y tras la comparecencia en calidad de detenido fue puesto en libertad con cargos.
Tras asegurar que podían acarrear con los gastos de la operación, la chica aceptó que la Policía trasladara al perro a otra clínica para ser operado.
Finalmente, uno de los agentes decidió quedarse al can y entre los cuatro policías pagaron la operación al animal.