La Policía Nacional alerta en redes de los nuevos trucos de los cacos para saber si estás en casa
Cada vez lo hacen de forma que los métodos sean más difíciles de ver a primera vista
A diferencia del método de las tiras de plástico, el hilo invisible es complicado de detectar
Los cacos quieren saber cuánto tiempo pasas fuera de casa y los días factibles para poder entrar
La Policía Nacional ha vuelto a alertar en sus redes sociales de un método que emplean los delincuentes para comprobar si una vivienda está vacía y poder entrar a robar. Cada vez lo hacen de forma que los métodos sean más difíciles de ver a primera vista. Y ahora, los cacos saben que el coronavirus ha obligado a unirse a muchas familias y a dejar casa vacías.
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La última técnica de los ladrones es colocar hilos de pegamento entre el marco de la puerta para comprobar cuánto tiempo está el inmueble vacío y si es viable entrar o no. Se trata de un método más sutil, ya que no se caen al suelo como sucede con los testigos de plástico, que son tiras transparentes que los delincuentes colocan en el canto de la puerta para encontrar viviendas vacías. A diferencia del método de las tiras de plástico, el hilo invisible es complicado de detectar y la víctima o los vecinos pueden no darse cuenta de que la vivienda está siendo vigilada para un posterior robo. Para ello, los ladrones utilizan silicona o pegamento que se coloca en una zona de escasa visibilidad entre el marco de la puerta. Si este hilo se rompe, los delincuentes ya saben que hay personas viviendo en la casa. No obstante, si el hilo está intacto indicaría que no hay nadie en el inmueble y entran a robar.
Como decía el mítico y famoso ladrón de casas británico ya retirado, Michael Fraser, reconocía hace unos años al Daily Mail algunos de los trucos más empleados y los errores que más se cometían en las casa. Palas, rastrillos o un cortacésped a la vista se convertían, según su experiencia en recursos útiles en las casas con terraza. "Nunca compartiría mis fotos de vacaciones a través de las redes sociales", confesaba Fraser. "Del mismo modo que nunca tomaría un taxi para ir al aeropuerto y contarle al conductor o a cualquier otra persona que me voy de la ciudad". Tampoco se iba de casa sin cerrar todas las ventanas y más concretamente la del baño, la favorita de los cacos.