La Policía Nacional ha compartido unas fotos de una habitación infantil pidiendo ayuda para tratar de encontrar a una menor que "podría estar en riesgo". En su perfil de Twitter, la policía pide a cualquiera que reconozca la habitación que se ponga en contacto con ellos.
En las imágenes se aprecia una habitación infantil con pegatinas de varios búhos de colores en la pared, varios peluches sobre la cama y una medalla colgada de la estantería. Tras la puerta de la habitación hay hay una percha con varios bolsos y un abrigo oscuro con capucha. En una de las fotos se observan las puertas del armario empotrado de la habitación de la niña. Tiene pegado dos poster o dibujos y hay dos corazones oscuros colgando de cada uno de los pomos de las puertas. La Policía Nacional insiste en que la menor a la que buscan "podría estar en riesgo". Se trata de una investigación abierta de pornografía infantil que sigue la unidad de la Ciberdelincuencia y que actualmente está judicializada. De hecho, el juzgado ha autorizado la difusión de estas imágenes para intentar impulsar las pesquisas de la Policía.
Horas más tarde, en tiempo récord, la han localizado y se han puesto en contacto con sus padres. La investigación sigue abierta y sin más datos para no ponerla en riesgo.
No es la primera vez que la Policía Nacional pide colaboración ciudadana en redes para tratar de esclarecer un caso. En 2018 difundieron una llamada anónima a la Cruz Roja de Madrid que resultó ser clave para esclarecer el crimen de un anciano de 81 años que murió asfixiado tras ser maniatado y amordazado el 4 de febrero de 2017 en Santander.
En Alemania, la policía también detuvo al violador de una niña de cuatro años en 2017 veinticuatro horas después de difundir las fotos de la pequeña como último recurso para llegar hasta el agresor, pues había colgado imágenes de los abusos sexuales en la llamada "red oscura".
Detalles que fueron igual de importantes en otros casos, como en el de "Nanysex", que fue descubierto en 2005 gracias a un billete de Cercanías de Renfe. Aparecía en uno de sus vídeos que colgaba en internet mostrando sus abusos a bebés; o el pederasta de Ciudad Lineal, en Madrid, el mayor depredador sexual de los últimos años. Lo identificaron gracias a una niña a la que secuestró, que fue capaz de memorizar la numeración semigrafiada de la ventanilla del coche.