La conversación que mantuvo la víctima con el operador que le atendió fue al siguiente, según informa el diario 'The Independent':
- 911, ¿dónde es la emergencia?
- 123 Main Street.
- Ok, ¿qué ha ocurrido?
- Me gustaría pedir una pizza.
- Señora, ha llamado al 911.
- Sí, lo sé. ¿Me podría traer una grande, mitad pepperoni, mitad champiñones y pimientos?
- Ummm…, lo siento. ¿Usted sabe que ha llamado al 911?
- Sí. ¿Sabe cuánto va a demorar?
- Ok, señora. ¿Está todo bien allí? ¿Tiene una emergencia?
- Sí.
- ¿…y no puede hablar porque hay alguien en la habitación con usted?
- Exactamente. ¿Cuánto tiempo demorará?
- Tengo un oficial a una milla de su ubicación. ¿Hay armas en su casa?
- No.
- ¿Puede permanecer en el teléfono?
- No. Nos vemos luego. Gracias.
De acuerdo con el testimonio del operador, colgó el teléfono y revisó el historial policial de la dirección de la mujer, donde descubrió que desde allí se habían reportado múltiples actos de violencia doméstica, por lo que no le quedó ninguna otra duda al respecto. Una vez que los agentes llegaron se encontraron en el apartamento a una pareja. La mujer presentaba contusiones y el hombre se hallaba en estado de embriaguez. Ante esta situación, se procedió a la detención del agresor.
“Comprendí que ella había sido muy lista al emplear aquel truco. Definitivamente una de las llamadas más memorables que yo haya recibido”, declaro luego el operador.