Un agente de los Mossos d'Esquadra se ha disparado una pistola Taser voluntariamente para acabar con uno de los debates más controvertidos que hay, desde hace tiempo, en la policía catalana. Quería probar qué se siente en su propio cuerpo para demostrar que su uso no es tan dañino como dicen. Ahora mismo en Barcelona hay una treintena de policías locales con una Taser.