Sacrifican a los perros que mataron a sus dueñas en Madrid
Esperanza Buitrago
27/11/201810:39 h.Los veterinarios que han examinado a los seis perros han analizado su comportamiento, características físicas y agresividad y han determinado que no había posibilidad alguna de sociabilidad por parte de estos animales, según ha explicado desde la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
La ley de 2016 de Protección de los Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid permite el sacrificio de los animales de compañía "por motivos de sanidad animal, de seguridad de las personas o animales, o de existencia de riesgo para la salud pública o medioambiental".
El informe veterinario recoge que los perros no tenían documentación, ni vacunas contra la rabia. Los dos perros que las atacaron eran dogos de burdeos estaban cruzados, según el trabajo de los veterinarios, con American Staffodshire, raza -potencialmente peligrosa (PPP)- de los otros cuatro animales sacrificados.
Los dos dogos de burdeos mataron a dentelladas a Luisa y Eva, madre e hija. La hija se encontró a la madre tirada en el suelo. Cuando intentó salvarla los dos dogos de burdeos se avalanzaron sobre ella también. Fueron las parejas de ambas quienes las hallaron. Tenían mordiscos por todo el cuerpo. Los servicios sanitarios explicaron que la dos murieron desangradas.
El dogo de burdeos no es una raza considerada potencialmente peligrosa. Sin embargo, para que un perro sea considerado peligroso basta con que cumpla alguna o varias de las características físicas de estos animales. Por ejemplo, pueden ser considerados peligrosos si tienen fuerte musculación, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor, resistencia, marcado carácter y gran valor, además de un peso superior a 25 kilos, cabeza voluminosa y mandíbulas grandes y fuertes.
La Guardia Civil sigue investigado los hechos. La falta de documentación y vacunas podría conllevar desde elevadas multas hasta acusaciones de negligencia graves por tenencia de animales al marido de una de las fallecidas, dueño del chalé donde vivían los canes.