La historia de los cachorros de Menta y la perrera de Los Barrios devastada por el temporal

  • Los cachorros de Menta se salvaron al flotar la cesta en la que dormían

  • Los voluntarios lograron rescatar a 175 perros

  • La perrera ha quedado devastada

A alguno de los cinco cachorros de Menta tendrán que ponerle por nombre Moisés. Menta juega hoy con ellos en la casa de una familia, que como muchas otras en el Campo de Gibraltar, ha decidido acoger a alguno de los 175 perros que ayer tuvieron ser evacuados de la perrera de Los Barrios tras ser arrasada por el temporal. El agua del río inundaba a primera hora de ayer sus instalaciones. Los perros estaban desesperados, los voluntarios hacían lo imposible por sacarlos de allí. Entre ellos estaban Menta y sus cachorros.

"Estaban todos nadando, los perros iban nadando por toda la perrera. A los más grandes les llegaba el agua al cuello", cuenta Edu González, su presidenta. "Menta estaba con sus cinco cachorros, y los cinco cachorros estaban en su cama y se salvaron porque la cama se puso a flotar en el agua. Iban como en una barquilla. Menos mal que Menta no intentó bajarlos, ni ellos intentaron bajarse. Por esos se salvaron".

"Los cinco cachorros estaban en su cama y se salvaron porque la cama se puso a flotar en el agua"

Uno a uno, voluntarios, Protección Civil y Guardia Civil lograron ponerlos a salvo.

"Nos costó muchísimo llegar porque el agua nos llegaba al cuello", explica la presidenta de la perrera. "Además la corriente te tiraba. Era muy peligroso. Un tractor con una pala excavadora fue el único que pudo entrar y empezó a sacar algunos perros y meter algunos voluntarios dentro".

Salieron todos menos Krasti. Un pequeño perro que este miércoles habría viajado a Alemania para ser adoptado. El resto están ya a salvo. Merengue está en casa de Noemí, Draco en la de Nerea.

"Siempre estoy muy relacionada con los animales", dice Nerea. "Cuando me levanté y vi lo que pasaba le pedí un kayak a un vecino y me fui a ayudar. Como los perros no se podían quedar allí me traje a Draco a mi casa. No tenía nombre, se lo he puesto yo".

La que está en peligro es la perrera. Hoy repasan los daños. Prácticamente no ha quedado nada, pero están dispuestos a empezar desde cero.

"Ahora mismo es un desastre", enseña Rosalía, una voluntaria. "La clínica veterinaria está destrozada y vale mucho dinero, también se ha perdido el pienso. Hay que empezar prácticamente de cero".

"La medicación, los frigoríficos, todo está por el suelo", añade Edu González. "Es tremendo lo que puede hacer el agua. La perrera ha quedado devastada".

La ayuda, afortunadamente está en camino. Cuatro fundaciones de Reino Unido, Alemania, Suiza y Finlandia con las que tiene relación ya se han puesto en contacto con ellos. También les apoyan muchos vecinos del Campo de Gibraltar.