El varón que agredió en el Metro de Madrid a un sanitario que le pidió ponerse la mascarilla ha sido enviado a presión este miércoles. El juez le acusa de lesiones agravadas por el peligro causado, lo que conlleva de dos a cinco años de prisión, pero depende de la evolución del ojo del sanitario, donde le atacó. Es decisiva, porque si pierde la visión totalmente la pena ascenderá de seis a doce años de cárcel.
Mientras, va a prisión provisional porque no tiene arraigo, está en situación irregular en España y, a sus 19 años, ha demostrado que no tiene ningún problema en vivir de manera itinerante para huir de la justicia.
El violento agresor del sanitario cuenta con un historial que sorprende en apenas un año, cuando adquirió la mayoría de edad. En ese tiempo ha cometido robos en Palma de Mallorca, donde fue captado en imágenes cuando fue detenido con una mochila en la que además de objetos robados llevaba una pistola simulada.
El joven vivía en casas abandonadas y tal y como le soltaron se escapó. Después, pasó por Alicante, donde otro juzgado ha emitido orden de detención.
Finalmente, llegó a Madrid, donde el vídeo de la agresión en el metro puso su imagen otra vez en la diana.
Estando fugado, publicaba su vida sin pudor. Cuando le iban a detener en Madrid envió a un amigo a por su ropa, pero la policía lo cazó cuando la recogía para organizar su fuga. Intentó tapar sus orejas agujereadas y cambiar su pelo, del que hacía gala.
Es de la localidad colombiana de Armenia, capital del departamento del Quindío. Trabajaba a veces de camarero, y otras cometía hurtos y robos. Esta vez ha dado el salto: una agresión de tal calibre que, si el sanitario pierde el ojo y la visión podría llevarle a más de una década en la cárcel.