Las amistades de la pareja formada por María y Gabriel tienen claro que no eran una pareja normal. Creían en mayas, espíritus, regresiones. Incluso practicaban sus creencias con algunas de sus amistades. Y todos confirman también un perfil de Gabriel muy distinto al que hemos visto en este inicio de juicio donde se le ve seguro de sí mismo, retador.
El entorno de la pareja lo ve como una persona agresiva. Carolina, ante el juez, ha dejado claro que Gabriel tenía una carácter fuerte y alejó a María del resto de sus amistades. "Se ponía muy nervioso cuando los niños lloraban, los zarandeaba, pero María no tenía nunca un mal gesto con los niños. "María creía que Gabriel era Dios, y este le pidió en la cárcel que se inculpara". Carolina ha confirmado que la pareja hacía guardias por la noche.
Cristina, otra de las amigas de María, ha puesto en el juicio un retrato de Gabriel más que duro. Le define como violento, agresivo y manipulador. Sobretodo con los niños. "Yo he visto cómo levantaba de la pierna a uno de los niños y tirarlo al campo de naranjos. Se creía Jesucristo con sus apóstoles, que María era Maria Magdalena e iban a renacer