Pere y su hijo Eloi perdieron la vida cuando su coche se precipitó por un acantilado de 20 metros en Francia. Ahora se ha sabido que no se trató un simple accidente.
La Policía francesa asegura que el padre accidentó el coche de manera voluntaria, acabando así con la vida de su hijo y con la suya propia.
Así se desprende de las pruebas recogidas en el lugar de los hechos: un transitado camino que une Portbou con el cabo francés.
Arriba del acantilado, el padre dejó una maleta con una nota en su interior. En su casa, en Sabadell, multitud de fotos y recuerdos esparcidos por el suelo del salón.
Los vecinos nos cuentan que Pere no atravesaba su mejor momento: "Estando con su hijo era feliz y estado sin su hijo estaba triste", aseguran.
Pere se separó de Laura hace dos años. Compartían la custodia del pequeño Eloi, de 6 años. Todo se conoció después de que la madre denunciara que el padre no le había entregado a su hijo.