El peor trimestre de violencia machista en una década deja 20 mujeres asesinadas
De mayo a julio 20 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas; el año pasado las víctimas mortales fueron 7 en el mismo periodo
Los expertos consideran que la relajación de las medidas tras el fin del estado de alarma ha propiciado que se rompa el "ambiente de control" que buscan los maltratadores
Los meses de verano e invierno, que coinciden con las vacaciones, se saldan con un aumento de asesinatos, al aumentar la convivencia
El verano se está convirtiendo en una época negra para la violencia de género. 30 mujeres han perdido la vida en lo que va de 2021 a manos de sus parejas o exparejas. En declaraciones este jueves en Cadena Ser, la delegada de Gobierno contra la Violencia de Genero, Victoria Rosell, ha relacionado este aumento de muertes con el final del estado de alarma. 21 de los crímenes sucedieron después del 9 de mayo, convirtiendo el segundo trimestre de este año en el peor de la última década.
"Sabíamos que después del final de las restricciones esto iba a conllevar un aumento de la violencia más extrema", ha comentado la representante gubernamental. Una valoración con la que coinciden Miguel Lorente, sociólogo y quien ocupó el cargo Rosell con anterioridad. Para él, "las tensiones que se han ido acumulando durante la pandemia" han estallado en las últimos meses, con la relajación de las restricciones a finales de la primavera y el inicio del verano.
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Y puede que lo peor esté por llegar. El estío es una época en la que hay más oportunidades de acción para los maltratadores, con las vacaciones y el final de las clases. "Por eso estamos intentando añadir medidas adicionales como puntos violetas, que no borran todo lo anterior, pero que creemos que hay que reforzar", ha indicado Rosell.
Últimos casos
El último caso en confirmarse ha sido el de una mujer de 25 años, asesinada presuntamente por su pareja, de 53, el pasado 30 de julio en Cambrils (Tarragona), según ha informado el Ministerio de Igualdad. La víctima no tenía ni hijos ni hijas, y existía denuncia previa y una orden de alejamiento vigente del presunto agresor hacia la víctima. Este caso cierra el segundo trimestre del año con 20 muertes.
La última víctima, la número 21 en lo que vamos de calendario, se registró el pasado 2 de agosto en El Rincón de la Victoria (Málaga). Se trataba una mujer de 37 años, que fue asesinada por su pareja, un hombre de 53 años, quien después quemó presuntamente su cadáver en el vecino municipio de Nerja.
Así, el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 1.108 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos.
El fin de las restricciones desata la tensión
Lo diferente este año ha sido el efecto "rebote" que ha generado la caída del estado de alarma. "El control sobre la mujer que busca el agresor se ha visto reforzado con las limitaciones de la pandemia", dice Lorente. De hecho, en 2020 hubo menos homicidios de lo habitual, 45 en todo el año, pero "el riesgo se ha acumulado". Cuando se ha podido volver a salir, ese ámbito de control se ha roto y ha desencadenado una ola de violencia más extrema. "El año pasado de mayo a julio asesinaron a 7 mujeres. En cambio, este año, de 30 asesinatos que llevamos, 20 se han producido en este mismo periodo", detalla Lorente.
Además, la violencia genera violencia. "Para algunos hombres que llevan tiempo planeando asesinar a su esposa o exmujer, cuando ven que otro ha conseguido lo que ellos buscan se reafirman en su decisión", explica Lorente. Lo mismo ocurre con los mensajes que niegan la violencia de género, que alimentan ideas del maltratador, como que su mujer le quiere quitar la casa o los niños, que pueden desencadenar una respuesta violenta. Sobre todo si estas opiniones llegan desde figuras públicas o personas que tienen poder de influencia.
Verano e invierno, épocas críticas
Como decíamos, el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España ha sido de 1.108 desde 2003 hasta el momento. Podemos observar, además, como los periodos de verano e invierno son los que más víctimas mortales acumulan, con cerca de una decena de homicidios en algunos meses. Los datos históricos señalan julio como el mes con más asesinatos (114 en 19 años); agosto se sitúa en 101, sin haber acabado los 30 días del actual. El tercero es enero, con 100.
También son de los meses en los que más llamadas al teléfono 016 se recogen. Este año, en mayo y junio, los últimos meses con datos completos disponibles, se recibieron 8.239 y 9.049 llamadas, respectivamente, doblando las cifras de enero y febrero.
Más tiempo en casa, más tensiones
Esto se debe en parte a los periodos vacacionales, en los que las familias conviven muchas más horas y las tensiones aumentan. "Normalmente, el homicidio se produce entre las 8 de la tarde y las 2 de la madrugada, cuando se han ido acumulando las discusiones o los enfrentamientos. No se suele tratar de arranques repentinos de violencia que se van de las manos", comenta Lorente. Y, cuando el trabajo u otras obligaciones no "frenan" el ciclo de ataques, el riesgo para la mujer aumenta.
Además, los choques verbales y físicos que preceden el homicidio suelen producirse por cuestiones de carácter doméstico (el cuidado de los hijos, la situación económica del hogar, la relación con otros familiares, etc.). Así, las desaveniencias aumentan cuando el maltratador pasa más tiempo en casa.
Los cambios de rutina producen una pérdida de la sensación de control en el agresor
También es habitual que en los periodos festivos de verano e invierno la mujer pierda el contacto con su red de apoyo (familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.). Por lo que su situación ante el maltratador se vuelve más vulnerable.
En el caso de las exparejas, Lorente explica a NIUS que en estos periodos, en los que la mujer cambia de rutina, el maltratador, que tiende a vigilarla aunque viva fuera del domicilio familiar, siente que "pierde el control" y la autoridad sobre ella. "Cuando perciben que la mujer no va a volver con ellos, se ponen nerviosos".
Los niños, víctimas también
La época estival propicia también que los hijos asociados a la pareja sean víctimas colaterales de la violencia de género. Es más probable que los pequeños, que no acuden a la escuela, presencien las agresiones de su padre o la pareja de su madre hacia la víctima. Y que sean objetivo de esa violencia: cada año cinco menores pierden la vida a raíz de estas situaciones. "Además, de los abusos o agresiones que puedan recibir de forma habitual", comenta Lorente.
En muchos casos, los agresores utilizan a los menores para causar daño a la madre, la denominada violencia vicaria, como en el caso de las niñas de Tenerife. De hecho, muchas mujeres no denuncian por miedo a lo que les pueda pasar a sus hijos.
Como consecuencia de estos crímenes, trece menores han quedado huérfanos este 2021. El número de niños y niñas que han perdido a sus madres por culpa de la violencia de género asciende a 317 desde que se recopilan estas estadísticas.
Puntos violeta para un verano sin agresiones
El verano también se caracteriza por la aparición de los llamados puntos violeta desde hace unos años, en festivales, verbenas y recintos feriales de toda España –se celebran cerca de 120.000 eventos de estas características en nuestro país cada estío–, para concienciar y ayudar a las víctimas de agresiones y acoso sexual. También sirven para disuadir a agresores potenciales. Aunque es cierto que este año con las restricciones vigentes, debería reducirse el número de agresiones no hay que bajar la guardia.
Y es que, las grandes aglomeraciones, las zonas apartadas y el alcohol pueden propiciar estas situaciones, factores que siguen presentes en los botellones y 'no fiestas' que estamos viviendo estas semanas. "La violencia sexual se produce bajo un escenario de oportunidad; los violadores buscan estas situaciones para atacar. No se trata de una pérdida de control", recalca Lorente. En NIUS contamos hace un tiempo la experiencia de dos adolescentes que escaparon por los pelos en diferentes fiestas patronales.
También se está promoviendo que otros lugares de referencia cotidianos como comercios u oficinas tengan guías de actuación en caso de presenciar o tener conocimiento de una agresión machista, con puntos violeta virtuales en los que los ciudadanos pueden informarse de los recursos disponibles. Para Lorente todavía queda mucho trabajo sobre "las conductas machistas y la masculinidad" para frenar estas agresiones.
Las denuncias siguen siendo pocas
Rosell ha recordado, no obstante, que de las 30 mujeres confirmadas como víctimas mortales de la violencia machista en lo que va de año, solo 7 habían denunciado al agresor. Y es que solo un 27% de las víctimas de violencia de género acuden a la policía.
En este sentido, ha incidido en la necesidad de que la sociedad proteja a las víctimas. "Un Estado tiene que decir a la mujer que no está sola, que hay un Estado que está ahí para protegerlas y eso es lo que da seguridad a las víctimas y protección de mucha mayor calidad a las mujeres y a los hijos que son muchas veces la causa por la que ellas no denuncian", ha señalado.