En México se conoce como 'chanclazo' el golpe que se le da a los niños y niñas con una sandalia para corregir su mal comportamiento, pero esta tradicional medida punitiva ya es en Jalisco un delito que podría ser castigado hasta con cárcel. El Congreso de dicho estado mexicano ha aprobado reformas a los códigos Penal y Civil del Estado, así como al artículo 3° de la Ley de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes para castigar hasta con cinco años de prisión a quien recurra a severos e innecesarios golpes como mecanismo disciplinario de infantes.
La “Ley Antichanclazos”, impulsada por Enrique Alfaro, gobernador de la entidad, establece que los padres o tutores tienen el derecho, deber y responsabilidad de cuidar, criar y aplicar la corrección disciplinaria de manera prudente y moderada a sus hijos a través de la crianza positiva.
En este sentido, los padres o tutores que realicen estos actos tendrán tales sanciones, así como la posibilidad de perder la custodia y ser sometidos a tratamientos psicológicos y educativos impartidos por instituciones públicas.
Sin embargo, esto no significa que las “nalgadas” o los “chanclazos” necesariamente puedan llevar a prisión. Los menores y adolescentes que sean víctimas de estas agresiones podrán presentar sus denuncias ante la Procuraduría Especializada o bien, en los centros de atención de emergencias.
Ya han surgido las primeras voces críticas contra la modificación a la ley. "Es un despropósito", advirtió en una entrevista para 'El Informador' Ricardo Fletes Corona, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), que señaló que el castigo corporal severo o innecesario ya es sancionado por la ley bajo el nombre de Maltrato Infantil: "Esta serie de modificaciones me parece que son inútiles, hay tanto que hacer a favor de la infancia, como un presupuesto para la salud, educación, y viene a meter esto que ya está contemplado como delito y con sanciones a los malos tratos".
No obstante, aclaró que está totalmente de acuerdo en que se sancione a cualquier persona que maltrate a un menor de edad, pero la corrección por una nalgada no se puede considerar así, pues es un asunto más privado de la educación de los padres hacia los hijos. "Ahí habrá mucha dificultad para probar que el castigo no se lo merecía el hijo o que el cachetadón era un exceso", indicó
Además, presumió que el propósito de esta ley era atraer los reflectores: “La infancia vende, me parece que es un afán de buscar un tema que puede redituar en una buena imagen, presencia en la discusión y quizá en eso el gobernador (Enrique Alfaro) acertó muy bien”.
Por su parte, Alfonso Ibarra, académico de la Univa, coincidió para el mismo medio en que son de poca utilidad las reformas: "La ley es un despropósito a todas luces, está causando ámpula, yo tenía antecedentes de la propuesta del gobernador, pero no creí que fuera a pasar porque está exagerada, porque ya existen suficientes mecanismos legales de protección a los menores".
En ese sentido, recordó que los padres o tutores tienen la facultad de corrección sobre sus hijos: “Es inclusive bíblico. En todas las culturas y sistemas se ha reconocido este derecho de los padres a la corrección, y es necesario mientras no se llegue a lesiones”.
En lugar de esta reforma, dijo, se deben fortalecer los mecanismos de vigilancia para garantizar que no exista el maltrato infantil; por ejemplo, al promover entre los maestros que identifiquen las señales de abuso y las denuncien. "La única justificación que encuentro en esto es desvío de la opinión pública o factores electorales, por ahí debe ir", finalizó.