Los tendidos eléctricos siempre han sido un peligro para las aves, sobre todo para las más vulnerables. Por eso, el Seprona ha cuantificado las muertes de aves en un período de 8 meses. En total 120 y, entre ellas, 75 ejemplares de especies protegidas. Además de 33 especímenes de búho real y 17 de buitre leonado. Esto está contemplado ya como delito contra el medio ambiente y en el Real Decreto de 2008 se marcan las medidas de seguridad que deben cumplir estos tendidos eléctricos.
Gracias a la ‘Operación Fulgor’ se han interpuesto más de un centenar de denuncias por irregularidades y muchos han implantado ya las correcciones. Una labor fundamental para la protección de nuestras especies. Todo esto se enmarca dentro del proyecto LIFE, de la UE contra el crimen ambiental y contra el tráfico ilegal de estas especies protegidas.