Marcos ha querido hablar con la única condición para informativos Telecinco de que sus palabras no fuesen grabadas, no quería que escuchásemos su voz, las preguntas las contestaría por escrito. Siente vergüenza y miedo. De mediador siempre ha estado su psicólogo, Antonio Andrés Pueyo, Catedrático en Psicología de la Universidad de Barcelona y Supervisor del Instituto de Psicología Forense.
Marcos fue denunciado cuando tenía 22 años, como medida cautelar el juez le mandó a prisión y tras estar dos años en la cárcel, su abogado pidió un informe y una valoración de riesgo de reincidencia para poder solicitar su libertad hasta que saliese el juicio y así pudiese seguir estudiando. Fue entonces cuando comenzó el tratamiento en el Instituto de Psicología Forense, con Antonio Andrés como supervisor. Marcos no se puede acercar a un ordenador sin que su padre esté delante, pero ha querido contar su testimonio porque piensa que si otros acuden en busca de ayuda antes de cometer ningún delito, podrán tener una segunda oportunidad.
¿Cuándo se dio cuenta de que se sentía atraído por los menores?
Al poco tiempo de tener una ruptura sentimental con mi pareja, con la que llevaba saliendo durante 1 año y medio.
¿Ha tenido relaciones íntimas adultas?
Sí
¿Qué es lo que le atrae?
Debido a la ruptura empecé a tener dificultades para relacionarme con gente de mi edad. El contacto con menores vía internet me ofrecía esas relaciones que era incapaz de conseguir en carne y hueso, y además era yo quien llevaba el control de la situación.
¿Cómo se lo ocultaba a la familia y al resto?
Siempre contactaba con los menores cuando estaba solo en casa o tenía la seguridad de que nadie me molestaría entrando a mi habitación.
¿Sentía que tenía una doble vida?
No
¿Cuándo tomó conciencia de que debía parar?
Prácticamente desde el primer momento.
¿Cómo reaccionó su entorno al saber su realidad?
Fue un golpe muy duro para todos. El entorno familiar, a pesar de la dura situación, ha estado siempre a mi lado ofreciéndome todo tipo de ayuda.
Y en cuanto al círculo de amistades hubo una parte que decidió romper con nuestra amistad (cosa que respeto y entiendo), y otra parte que me ofreció todo su apoyo incondicional.
¿Vio cara a cara a algún padre?
Posterior a conocerse la noticia no.
¿Se planteó consumar sus deseos?
Nunca
¿Por qué cree que es un tema tabú en la sociedad?
No sé si tabú es la palabra para definirlo. Yo creo que es un tema que está muy mal visto (y lo entiendo), aunque a veces la sociedad hace juicios sin conocer las circunstancias de cada caso.
Creo que está mal visto porque es un tema relacionado con el sector de la sociedad más vulnerable y desprotegido, con el que todo el mundo empatiza.
¿Entiende la reacción que tiene la sociedad ante personas que tiene esta parafilia?
Sí
¿Deseó alguna vez estar muerto?
No. Ni antes de que se conociera mi situación, ni después.
¿Qué sentía o siente cuando se mira al espejo?
Antes veía a una persona que aceptaba tener un problema pero era incapaz de solventarlo por sí mismo. Ahora veo a alguien que ha aprovechado la segunda oportunidad que le ha ofrecido mucha gente.
¿Sentía que estaba haciendo algo mal?
Sí, pero aun siendo consciente de que estaba haciendo algo mal, era incapaz de solucionar el problema que tenía.
Antonio Andrés Pueyo y su equipo llevan más de 20 años trabajando con pedófilos y pederastas del mundo penitenciario y gente de la calle. Realiza programas “complejos que se aplican en periodos largos de tiempo. Es una adaptación del programa de control de las agresiones sexuales, se trabaja el autocontrol, la educación sexual. Se trabaja sobre las creencias falsas y los mitos que justifican el delito. Se trabaja la empatía y el respeto a la víctima”
Ante la pregunta sobre cómo detectar a un pedófilo o un pederasta en nuestro entorno, el experto destaca que es muy difícil detectarlo antes de que algo pase, pero no imposible. “Me llegó el caso de un niño de 13 años que acudió a sus padres por miedo a lo que podía llegar a hacer. Es importante que los padres o el entorno busquen ayuda cuando saben que ha pasado algo en el ámbito forense. Tenemos que estar alerta y preocuparnos cuando veamos una obsesión por consumir pornografía infantil o ir insistentemente a lugares donde hay menores”
Uno de los miedos más comunes que tenemos en la sociedad ante este tipo de personas es si se pueden reinsertar y tener un vida normal sin que los menores que se encuentren a su alrededor corran peligro. Pueyo afirma que “en la mayoría el pronóstico es negativo si no se hace nada, pero si se trata pueden llegar a tener un control. Es un problema muy crónico que hay que gestionar muy bien, no es la imagen de la persona excluida socialmente, puede estar integrado a la perfección”
Andrés Pueyo lo atribuye a un problema del desarrollo sexual, “aquellas experiencias que se han sufrido, la normalizamos y repetimos la conducta. Es un problema madurativo, generalmente es un proceso que se da en la preadolescencia. La socialización es muy importante. Es un proceso de identidad que se va desarrollando con la sexualidad”
El paso de pedófilo a pederasta, muchas veces son factores desencadenantes, “por un rechazo social que sufren, por tener ganas de provocar aquello que han deseado. Los más intensos buscan trabajos con niños”.
Se desconocen datos sobre el número de pedófilos que existen en España, no hay números nos asegura Andrés Pueyo, “lo único que se conoce es un estudio que se realizó en Alemania sobre las preferencias. El estudio realizado en varones mayores de 16 años identificaba cuántos de éstos declaraban de forma anónima haber tenido fantasías con menores. Un 4% declaraba haber tenido fantasías, mientras que un 1% declaraban tener deseos de cumplir esas fantasías”, unos números que dan mucho que pensar.