Thomas Goodman, de 45 años, fue arrestado por detectives del Grupo de Trabajo de Delitos contra la Infancia de la Policía del Estado de Rhode Island (ICAC) el 17 de mayo de 2018. Las investigaciones comenzaron cuando su jefe le confiscó el teléfono móvil por usarlo en el lugar de trabajo. Entonces encontró en el dispositivo "una gran cantidad" de archivos que contenían pornografía infantil. Se lo entregó a la Policía. Y ahí empezó a desvelarse la verdad cruel que escondía Goodman.
De acuerdo con la información presentada al Tribunal, la investigación incluyó un registro autorizado de la residencia de Goodman, un examen forense de sus dispositivos electrónicos y entrevistas con el acusado, determinó que Goodman poseía aproximadamente 7. 800 imágenes y 370 vídeos de pornografía infantil. Los del caso determinaron que, al menos 62 de los vídeos y 135 imágenes de pornografía infantil involucraban a menores prepúberes, y que fueron creados por Goodman entre septiembre de 2007 y febrero de 2018.
En entrevistas con agentes de la ley, Goodman también admitió haber tenido contacto sexual con al menos tres prepúberes. "No tengo excusa", declaró. Goodman, quien estuvo detenido desde su arresto el 17 de mayo de 2018, se declaró culpable el 11 de octubre de 2018, a ocho cargos de producción de pornografía infantil y un cargo de posesión de pornografía infantil.n
En la sentencia de hoy, el Juez del Tribunal de Distrito de los EE. UU., John J. McConnell, Jr., condenó a Goodman a 260 años en una prisión federal. A Goodman también se le ordenó pagar 5.000 dólares por cada uno de los nueve cargos en los que se declaró culpable, según lo dispuesto en la Ley de Trata de Justicia para Víctimas.
Goodman ha sido condenado a 30 años de prisión por cada uno de ocho cargos de explotación sexual de menores, entre ellos uno contra un bebé de tres semanas a la que tocó inapropiadamente mientras filmaba vídeos, y a 20 años de prisión por posesión de pornografía infantil sádica y masoquista. Goodman a lo largo de seis años, cometió abusos sexuales contra dos chicas que por entonces tenían entre seis y 12 años.
El abogado de Goodman trató de lograr una reducción de la pena, alegando que el propio abusador fue violado de pequeño, pero el juez estimó que para la protección de la sociedad, el sentenciado deberá permanecer detrás de las rejas durante toda su vida. "No tengo garantías de que Goodman se detenga", enfatizó el juez.