El estudio realizado por la Fundación Mafre revela que el 65% de usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (VMP), como patinetes eléctricos, segways o hoverboards, no utiliza ningún sistema de protección. Solo un 30% usa casco, un porcentaje que se reduce al 15% en ciudades de menos de 100.000 habitantes.
El estudio 'Nuevos sistemas de movilidad personal en ciudad y sus problemas asociados a la seguridad vial', analiza la opinión y percepción de los conductores tradicionales, peatones y usuarios de VMP sobre estos vehículos que se están poniendo de moda en las ciudades en los últimos años.
Un dato que destaca el informe es que 4 de cada 10 usuarios de estos vehículos cree que puede desplazarse por cualquier sitio, mientras que 2 de cada 10 considera que solo puede circular por las aceras, algo sobre lo que la DGT trabaja para prohibirlo.
En Madrid, Marbella y León está completamente prohibido circular por las aceras con estos vehíuclos, mientras que otras 17 ciudades imponen restricciones al respecto, dependiendo del tamaño, anchura y tipo de vehículo, así como la velocidad de circulación.
El informe revela el perfil de usuario de VMP que es mayoritariamente hombre (61% frente a un 39% de mujeres), de 37 años de media . Otro dato que destaca es que el 85% de los usuarios son propietarios del vehículo.
Entre los habituales, el 75% asegura utilizarlo a diario como medio de transporte para ir al trabajo o en general. El 39% de los usuarios ocasionales lo utilizan principalmente los fines de semana como elemento de ocio.
Asimismo, 2 de cada 3 usuarios lo combinan con otros medios de transporte, en especial el coche, autobús y metro, ya sea en el mismo viaje o en diferentes trayectos.
El VMP más utilizado (7 de cada 10 usuarios de VMP) es el patinete eléctrico. Sin embargo, entre la población más joven, de 18 a 35 años, esta distribución varía, adquiriendo popularidad el segway, los skateboards y los hoverboards.
Entre las principales ventajas señaladas por los usuarios de VMP de las ciudades de menos de 100.000 habitantes,, está el ahorro de tiempo, aunque como desventajas subrayan la inseguridad, la incertidumbre legal y la escasa duración de la batería del vehículo.
Un 17% de los usuarios encuestados admite haber usado alguna vez un VMP, porcentaje que asciende al 36% entre los jóvenes de entre 18 y 30 años.
En general, los que nunca se han subido a un VMP no creen probable que lo hagan, pues alegan como principal motivo la inseguridad, un rechazo que aumenta proporcionalmente con el rango de edad.
La encuesta valoró la opinión de 517 personas: 50% peatones, 28% conductores tradicionales y 22% usuarios habituales de VMP.
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