"Mira, aquí es donde han vuelto a violar a una chica, desde que hubo la primera manada esto es un no parar", dice un hombre a su mujer al pasar por la calle Hospital número 15 de Manresa. Una gran pintada en la pared alerta "fuera violadores", mientras que los vecinos lamentan que haya vuelto a ocurrir. En la calle no se habla de otra cosa. Los vecinos no dan crédito que en tan poco tiempo se haya vuelto a repetir otra posible violación en grupo.
La primera planta de ese bloque de pisos fue el escenario de la última agresión sexual de dos hombres a dos chicas, una de ellas, menor de edad. Ocurrió el lunes, y hoy los operarios están tapiando la puerta de la vivienda vacía del bloque. "Yo lo único que quiero es que tapien estos pisos vacíos, es la única manera de evitar que sigan ocurriendo desgracias como estas", explica Juan a NIUS. Es vecino de toda la vida de Manresa y asegura que el barrio antiguo del municipio "está cada vez más degradado".
En menos de un mes ha habido dos agresiones sexuales a una menor en el municipio. La última ocurrió en este bloque de la calle Hospital, y la anterior fue el 17 de noviembre en la calle Cintaires, donde una menor fue agredida sexualmente presuntamente por tres hombres en el interior del vehículo.
La sucesión de agresiones sexuales en el municipio está creando cierta "preocupación y desazón" en la población. La mayoría lamenta que Manresa solo salga en los medios de comunicación por noticias como estas, y aunque aseguran que lo que quieren es reavivar el barrio, reconocen que en los últimos años el municipio se ha vuelto cada vez más inseguro y "da más miedo salir por la noche".
Lidia, otra vecina del barrio histórico, nos explica mientras pasea con su hija que los robos y trapicheos han llevado a mucha gente a marcharse del barrio. "Mi hija mayor tiene 17 años y a partir de las 12 de la noche ya no la dejó salir sola. Yo creo que el problema está en la falta de seguridad y de vigilantes".
Manresa ya quedó marcada en 2016 por la violación en grupo a una menor de 14 años en la antigua Fabrica de Vinyes del municipio y con los últimos casos la problemática se está extendiendo. "La situación se ha desbordado y el ayuntamiento va a tener complicado buscar solución al problema. Lo primero que hay que hacer es controlar todos los pisos ocupados y vacíos que hay", lamenta Sonía, otra vecina del barrio. Dos de las agresiones sexuales han ocurrido en pisos ocupados irregularmente, cosa que ha obligado al ayuntamiento a intensificar el seguimiento de las viviendas ocupadas como medida preventiva.
"El Ayuntamiento debería evitar que haya tantos pisos cerrados e invertir para habilitarlos", reivindica María, una vecina que ha decidido cambiar de barrio y mudarse a la zona residencial. Por las calles del barrio histórico de Manresa no es extraño encontrarse con pisos tapiados o vacíos en cada calle. El ayuntamiento no tiene contabilizados exactamente cuántos hay, pero basta con pasear por el municipio para darse cuenta de que son numerosos.
El consistorio reconoce que se siente "consternado y preocupado" por lo que está ocurriendo en el municipio y lamenta que la problemática "supere la capacidad de actuación del ayuntamiento y que no dispongan de las herramientas ni recursos necesarios para combatir esta lacra". No obstante, aseguran que están trabajando diariamente para implementar medidas que "rompan con la impunidad de las violencias sexuales", por ello, han convocado este jueves una Junta Local de Seguridad en la que se ha abordado el asunto y se han tomado medidas preventivas.
Según datos de la Generalitat, en el último año ha habido 19 casos de agresiones sexuales en el municipio. No obstante, aseguran que "no hay una incidencia extraordinaria que en otros puntos de Cataluña" e insisten en que los hechos delictivos en Manresa están "por debajo de la media catalana".
También está pendiente de celebrarse una mesa de emergencia junto a todas las instituciones para abordar la problemática y buscar soluciones eficaces.
La sensación en el municipio es que los casos anteriores no han sido suficientemente penalizados. Consideran que las penas "son muy blandas" y que eso provoca que "los jóvenes pierdan el miedo. Los seis miembros de la primera "Manada de Manresa" fueron condenados por la Audiencia de Barcelona en octubre por abuso sexual y no por "agresión", hecho que, según los vecinos, supuso un precedente negativo. "La ley es también el problema, si ven que en casos similares los acusados han quedado prácticamente impunes y no les ha pasado nada pierden el miedo, parece que aquí se haya normalizado el hecho de abusar de una mujer", lamenta Samuel.
El hombre lleva 20 años viviendo cerca de la calle Aiguader, donde en julio de este año cuatro hombres agredieron sexualmente a una menor de 17 años en un piso ocupado, precisamente la misma semana que se celebraba el juicio contra la primera "Manada". Lamenta que se esté dando una mala imagen del barrio pero cree que es importante que se visibilice el problema.
"Ahora se visibilizan mucho más que antes los casos, pero todavía hay muchas chicas que no se atreven a denunciar porque sienten que no van a estar protegidas por la ley", lamenta Rosi, una joven de 18 años que insiste en la necesidad que reformar el código penal para proteger a las mujeres.