Después de casi cuatro horas de angustia a bordo del avión Air Canadá que ha tenido que sobrevolar Madrid y las provincias limítrofes tras estallar una rueda de la aeronave, para gastar combustible y volver al aeropuerto de salida, Adolfo Suárez – Barjas, los pasajeros ya en tierra respiran tranquilos e incluso sonríen a las cámaras.
El aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Barajas ha sido todo un éxito. Una suma de profesionales, empezando por el piloto, han hecho posible que ciento treinta pasajeros y la tripulación pudieran salir sanos y salvos de un aterrizaje ‘in extremis’.