De una situación de nervios, frustración y profundo enfado, a otra que terminó por ser esperanzadora, imprevisible y cómica. Y todo por la inesperada aparición de una sola persona: Michael Bradley. Fue él quien convirtió la crispación de todos los pasajeros que el pasado 2 de septiembre se disponían a partir desde el aeropuerto de Manchester a Alicante en optimismo y carcajadas.
Así lo relataba en Facebook Michelle Hannah Potts, quien daba cuenta de la situación que acababan de vivir:
“¡Solo podía pasarme a mí! Llego al aeropuerto y nuestro vuelo se ha retrasado dos horas… Después resulta que miro otra vez el panel de las horas e indica que la puerta de embarque está cerrando. Tuve que correr para poder entrar en el vuelo. Al llegar al embarque pregunté a una mujer qué estaba pasando y me contestó: ‘Los pilotos de tu avión estaban desaparecidos pero un hombre que va en tu mismo vuelo va a llevar el avión”.
Y es que, efectivamente, como relata Michelle, testigo de los hechos, Michael Bradley, que viajaba con su esposa y su hijo para pasar las vacaciones en España, era piloto de avión y gracias a él pudieron poner rumbo a Alicante.
Según el propio Bradley informó a los pasajeros a través de la comunicación del avión, el retraso de dos horas se produjo porque faltaba un capitán para el vuelo. Así que, consciente de la situación, y como piloto de la compañía, no dudó en telefonear a sus jefes para ofrecerse voluntario y operar el vuelo.
“Justo antes de pasar por seguridad me pregunté si merecía la pena hacer una llamada. Y pensé que sí, porque quería estar de vacaciones. Llamé a easyJet y les dije: ‘Hola, estoy parado en la terminal sin hacer nada. Tengo mi licencia conmigo, mi documento de identidad y me gustaría irme de vacaciones’.
Menos de un minuto después ya tenía una respuesta afirmativa, habilitándole para tomar los mandos del avión. “Si os parece bien que uno de vuestros pilotos tenga estas pintas hoy, iremos a Alicante”, dijo a los pasajeros, ironizando sobre su vestimenta, con una camisa y unos vaqueros que poco tienen que ver con la indumentaria habitual que llevaría en cabina en un día de trabajo.
Por su parte, desde la compañía han explicado que el retraso del vuelo se produjo debido a un problema con el Control del Tráfico Aéreo Francés, el pasado domingo día 1, el cual tuvo efecto sobre la propia tripulación, según declaraciones de un portavoz recogidas por el medio británico Metro.
Aclarando que la seguridad es la mayor de las prioridades, han explicado que Bradley cumplía totalmente la legislación y tenía tanto su licencia como su documento de identidad consigo, manifestando que fue una suerte poder contar con él como voluntario para llevar el avión y asegurando que es una prueba del compromiso de sus trabajadores.