María G., la madre de los niños asesinados en Godella, había sido diagnosticada hace unos años con esquizofrenia, una enfermedad de la que tenían conocimiento los más allegados de la joven. Según los expertos la patología mental no predispone a cometer delitos, pero si a la enfermedad se le suma la adicción a las drogas, éste es un factor “facilitador”, según asegura el miembro de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), el doctor Carlos González Navajas.
"El estigma que existe siempre hacia los pacientes con un trastorno mental empeora notablemente cuando, además, se asocia al consumo de sustancias", ha añadido el doctor González.
La pareja y padres de los menores, María y Gabriel, tenían problemas con las drogas y eran consumidores habituales. Durante el registro, los agentes de la Guardia Civil, encontraron restos de sustancias psicotrópicas, algo que agravaría el problema que tenía María, llegando a provocarle brotes psicóticos.
Al parecer, fueron estos problemas con las drogas lo que llevó a Gabriel al despido, ya que se encontraba trabajando en un bar de la zona.
La madre de María confirmó que su hija sufría una depresión postparto desde que tuvo a Rachel, la niña de 5 meses de edad, llegando incluso a desaparecer con la pequeña durante unas horas, hace un mes.
Tras la denuncia de la abuela materna de los niños, la Guardia Civil difundió un aviso por la desaparición de María junto a su hija menor. Sin embargo, al encontrar a ambos en perfecto estado, no se llegó a activar ningún protocolo.
La suma de la esquizofrenia que sufría María, junto al consumo de drogas y la depresión postparto pudieron ser el desencadenante de este terrible crimen que acabó con la vida de los niños. Los investigadores se encuentran reuniendo pruebas que determinen el autor de los hechos y cómo sucedió todo, bajo secreto de sumario.
Por el momento María se encuentra ingresada en la unidad de psiquiatría de Picassent y se ha acogido a su derecho de no declarar ante el juez.
A su vez, Gabriel, el padre de los niños, también se ha negado a declarar, siendo enviado a prisión comunicada sin fianza.