La presunta parricida de Godella se presentó a un examen del Ayuntamiento de Rocafort, localidad valenciana, para lograr un empleo de varios meses como peón de limpieza. Según informa Okdiario, María Gombau, de 27 años, obtuvo un 10.
Asistió a todas las clases preparatorias del examen, que se celebró en la Universidad de Valencia, y sus compañeros y funcionarios que daban el temario no notaron nada raro en ella. Según han contado al citado diario “parecía totalmente normal” y tampoco daba señales de consumir estupefacientes.
El temario incluía la normativa reguladora del régimen local y diversas materias relacionadas con la prevención de riesgos laborales. El test se componía de 12 preguntas. Se presentaron 176 personas. Sin embargo, en estas pruebas no se hace ninguna prueba psicológica.
Mientras tanto, la Guardia Civil intenta averiguar si el palo hallado en un pozo de la finca donde vivía la familia de forma okupa es el arma del crimen. Los forenses han determinado que los niños murieron de traumatismos craneoenfecálicos, causados por algo pesado y cilíndrico. Los investigadores se llevaron de la casa otro palo y una azada que también analizan.
Hemos sabido como viven en prisión los dos presuntos parricidas. El padre Gabriel se muestra tranquilo y nunca habla de sus hijos. Dice que él no los mató y le ha pedido a su familia que se traslade a Valencia para ayudarle con la defensa.
María se muestra violenta en la prisión. Está en enfermería. Hace un par de días sufrió lo que los funcionarios han calificado de brote psicótico. Tuvo que ser reducida por las funcionarias y acusó a los médicos de la prisión de Picasennt de querer envenenarla. En ese momento pidió a gritos ver a sus hijos, a los mismos que ella admitió haber enterrada aunque no matado.