"No nos esperábamos algo así de Santi". Son las palabras de uno de los amigos del joven detenido como presunto autor de la muerte a tiros de sus padres y de su hermano menor en la pedanía de Algoda, en Elche (Alicante), que le ha descrito como una persona "tímida" pero "muy habladora", y activo en redes sociales y con los videojuegos.
El joven ha señalado en declaraciones a los periodistas que Santi llevaba unos días sin ir al instituto y que cuando los amigos le preguntaron el motivo respondió que estaba en casa confinado porque se había contagiado de covid. Pero no, estaba encerrado en casa jugando después de disparar sin piedad a sus padres y a su hermano, que intentó huir en vano. A su padre le esperó para matarle después de hacer lo mismo con su madre y su hermano.
El joven, pese al castigo por las malas notas no era un mal estudiante pero últimamente había caído su rendimiento. A los amigos les decía que le daba pereza. Sí, también reñía con su hermano menor, pero nunca le puso la mano encima, hasta ahora.
La alcaldesa de la Algoda, Toñi Coves, ha informado a Efe de que la familia llevaba unos 18 años residiendo en la pedanía, una zona rural con viviendas muy diseminadas, y la noticia del triple crimen ha generado una gran conmoción entre los vecinos. Coves asegura que aunque no tenía una relación estrecha con la familia les veía los fines de semana salir de excursión con sus bicicletas y era "una familia muy normal, que hacia vida muy familiar".
Según han relatado algunos de los vecinos, el padre, Jaime, de 51 años, trabajaba en una empresa de mantenimiento se semáforos y también en la huerta de su casa, donde cultivaba naranjos y granados, y además era aficionado a la caza. La vecina de la vivienda más cercana a la de la familia ha relatado, visiblemente destrozada por el suceso, que tenía mucha relación con el matrimonio, que incluso fue a su boda, y el hijo menor, de 10 años, era amigo de su hijo, y no podía creerse la noticia.