Había más frases en esa denuncia en la que la madre de las dos niñas asesinadas solicitaba una orden de alejamiento contra su exmarido. Dicha petición fue denegada por la jueza de Violencia sobre la Mujer de Castellón. La jueza, que tuvo que leer al completo la denuncia, alegó que frases como "te vas a quedar sola. Yo no te voy a dar ni un puto duro. De aquí yo voy a acabar en la cárcel y todos muertos" no constituía ninguna amenaza ni para ella ni para sus hijas.
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La jueza argumentó su decisión en que Itziar "no ha dado una explicación razonable al miedo que dice sentir", a pesar de que la madre aseguró hasta en dos ocasiones a la policía que "temía represalias del agresor por el mero hecho de denunciarle, estando segura de que reaccionará de manera violenta, temiendo por sus hijas". Es más, la magistrada alegó también que existía "una importante distancia espacial entre las primeras expresiones que imputa a su marido, en julio de 2017, hasta la actualidad".
Pero lo cierto es que la mujer llega a relatar constantes episodios de malos tratos durante gran parte de su matrimonio. Dicho relato de ese tipo de hechos comienza hace tres años, durante el embarazo de su segunda hija, cuando al parecer el hombre "le reprocha que no le preste atención". Y prosigue en junio de 2017 cuando encuentra muebles y diferentes objetos rotos en su vivienda. Incluso la hija mayor, Nerea, al parecer tuvo que coger a su hermana pequeña para protegerla.
Tras varios casos más, y una primera denuncia por parte de su médico ante la que la mujer decide no declarar por miedo, las amenazas más importantes comienzan cuando Itziar decide un día denunciar ella misma, por miedo a lo que podía pasar. Ahí fue cuando solicitó la orden de alejamiento que posteriormente fue rechazada, ya que la jueza aseguró que el miedo que ella decía sentir no era "compatible con sus propios actos, ya que parece ser, que tras salir voluntariamente del domicilio familiar ha fijado su residencia en la misma calle donde vive él".
La historia finalmente acabó de la peor manera posible, con el asesinato de las dos niñas por parte de su padre y con unas amenazas y denuncias que se quedaron en el limbo. La protección solicitada por Itziar nunca llegó y su exmarido cumplió con lo que dijo.