La pareja lo tenía todo preparado: les acompañaba un cura y los amigos de los novios decoraron el tren con cintas blancas. La novia, de origen ucraniano, caminó hacia el improvisado altar sujetando un ramo de flores azules acompañada de la música que sonaba desde el teléfono que un invitado sostenía a modo de altavoz, informa el Daily News.
"Lo hemos pensado mucho. Es un metro en el que viajamos mucho, hemos pasado buenos y malos momentos", así lo ha asegurado la novia, Tatyana Sandler.
"Creo que esto es muy bonito. Es romántico" dijo una de las pasajeras que iba en el vagón cuando llegaron los novios.
Sin duda, es la primera vez que se celebra una boda tan planificada en un vagón de metro. Pero, quién sabe, a lo mejor a partir de ahora se pone de moda esta original práctica.