El papel de los asintomáticos, clave en la propagación del coronavirus

  • Cada vez son más los estudios que confirman que el infectado que no tiene ningún síntoma puede contagiar el virus igual que el que sí los tiene

  • Se calcula que hasta un 80% de los infectados por este nuevo coronavirus lo podrían estar pasando de forma asintomática y, por tanto, no diagnosticada ni detectada

  • La mayor o menor propagación del virus entre asintomáticos tiene importantes implicaciones en las estrategias para contener la pandemia

Tener o no tener síntomas. Ésa es la cuestión. O al menos, una de las cuestiones que cada vez parece más clave en relación con la evolución de esta pandemia. Y cada vez parece más claro que, de cara a la propagación del coronavirus, da igual tenerlos o no.

Para el que no los tiene es mejor, claro, porque se encuentra bien. Es peor para el que no para de toser y tiene con algo de fiebre, porque estará más molesto. Pero al virus, que es el protagonista de todo esto, le da igual si usted tose o no. Porque la carga viral en su cuerpo -tosa o no tosa, tenga o no tenga fiebre- puede ser la misma. Es decir: el que no tiene ningún síntoma puede contagiar el virus exactamente igual que el que sí tiene.

Así lo apuntan, al menos, diversos estudios científicos. El último, un reciente estudio italiano, que ha analizado casi 6.000 casos confirmados de coronavirus en la región de Lombardía, una de las más afectadas de Italia. “No observamos cargas virales significativamente diferentes en los hisopos nasales entre sujetos sintomáticos y asintomáticos, lo que sugiere el mismo potencial para transmitir el virus”, aseguran los investigadores, cuyo estudio se acaba de publicar en la revista científica arXiv y todavía está pendiente de revisión, pero se puede consultar aquí.

Y ése es el problema: que personas totalmente asintomáticas, que pueden no sospechar siquiera que tienen al virus en su cuerpo, se convierten en propagadoras sin ser conscientes de ello. Eso es lo que estaría ocurriendo en esta pandemia, según los investigadores. Sólo así se explicaría que la transmisión vaya tan rápido.

Una persona asintomática es infectocontagiosa, de eso no hay ninguna duda. Y esto ya se vio desde el principio”, corrobora el virólogo de la UAM José Antonio López. Lo que no estaba claro, y sigue sin estarlo, es desde qué momento de la infección contagias. “Al principio de la pandemia, en Wuhan, sí se habría podido saber. Pero cuando empezaron a aparecer los primeros casos confirmados, ya era tarde. Porque con el COVID-19 no hay paciente cero, ni lo va a haber ya”, explica.

“Lo que sí sabemos es que, aunque pases la infección sin síntomas, los transmites igual. No hay una relación entre que haya más síntomas y que seas más contagioso. No hay una correlación entre más síntomas y más capacidad de infectar”, insiste López.

Asintomáticos: ¿cómo lo contagian?

Pero hay una cuestión que quizá cueste más e entender. Si las personas asintomáticas contagian el virus igual que las que tienen síntomas, pero no los tienen... ¿cómo lo contagian?

El epidemiólogo Julio Bonis nos recuerda que existen otras vías de contagio. "También hay presencia del virus en la saliva, por ejemplo, aunque no tosas. En tu vida normal compartes un vaso, te tocas la boca, chupas un bolígrafo, compartes alimentos… Piensa en esa ensalada en el centro de la mesa, en la que todos pican, cada uno con su tenedor, pues en ese tenedor puedes dejar el virus, por ejemplo. O cuando chupas un boli y después se lo pasas a alguien. No hace falta que tosas. Con los niños puede ocurrir así, y de hecho son uno de los principales vectores de transmisión".

López apunta en el mismo sentido. “Cuando hablas también puedes contagiar el virus, no sólo cuando toses. Porque sueltas aerosoles, o puedes soltar gotículas (los famosos “perdigones”). Y porque si no tienes síntomas, además, hablas más cerca, no mantienes la distancia de seguridad, o das besos tranquilamente… También es probable que te toques la boca o la nariz y luego toques superficies, donde queda el virus. Y si tienes carga viral, aunque sea mínima, lo puedes transmitir así”, avisa. Cuando tienes síntomas, empiezas a tener precauciones. Tanto el enfermo como las personas que se encuentran cerca. Y ello puede minimizar el riesgo de contagio.

Bonis explica que hay modelos epidemiológicos que estudian el porcentaje de población que se está infectando de gente asintomática. Son sólo estimaciones, pero se calcula que el 40% de las infecciones con este coronavirus podrían provenir de enfermos asintomáticos o de presintomáticos (que aun no han desarrollado síntomas). Personas que, de una forma o de otra, en el momento en que transmiten la enfermedad no tienen síntomas.

La dificultar de detectar a los asintomáticos

El problema es que, sin hacer pruebas masivas a la población, es imposible saber cuántas personas están pasando la infección de forma asintomática. Sólo puede llegar a saberse en casos muy excepcionales. El pasado febrero, por ejemplo, un crucero que viajaba con más de 3.700 personas a bordo, se convirtió en un laboratorio perfecto.

Uno de los pasajeros dio positivo en COVID-19 tras desembarcar, y Japón decidió llevar a puerto el crucero y poner en cuarentena a todo el pasaje. Se contagiaron 761 personas, y casi la mitad de los infectados eran asintomáticos. Lo supieron porque en este caso sí les pudieron hacer la prueba a todos.

"Los cruceros son ideales para comprobar cuál es el porcentaje real de letalidad y de transmisión del virus. Porque ahí todo el mundo está siendo diagnosticado”, decía a NIUS hace semanas el virólogo Adolfo García-Sastre. Porque el gran porcentaje de asintomáticos no detectados con que cuenta esta pandemia hace que las cifras no sean reales.

Bonis insiste en ello. "Esto está más extendido de lo que pensamos, y es probable, además, que la expansión del virus comenzase antes de que supiéramos de su existencia". En cuanto a la tasa de mortalidad, recuerda que "se calcula dividiendo la gente que muere entre la gente diagnosticada. Pero habrá mucha más gente infectada que la que está siendo diagnosticada, por lo que la mortalidad real siempre va a ser menor".

¿Por qué hay tantos casos asintomáticos?

A medida que avanza la pandemia, se está viendo, por tanto, que una gran parte de los infectados con este nuevo coronavirus pasa la infección de forma asintomática. Pero ¿por qué alguien pasa la enfermedad sin generar síntomas? La respuesta hay que buscarla en el sistema inmune.

“Una persona pasa por la pandemia asintomáticamente porque su sistema inmunológico es efectivo. Lo normal es que, si te infecta un virus, la respuesta inmune sea efectiva y puedas vencer al virus en pocos días. Eso es lo que está ocurriendo con los asintomáticos, y se piensa que un 80% de los infectados podrían serlo”, explica el virólogo José Antonio López.

Con las personas de riesgo ocurre lo contrario. “En las personas de riesgo esa respuesta inmune no está bien regulada y, cuando entra el virus en los pulmones, se activan unas células (los macrófagos) que producen muchas sustancias inflamatorias, se produce una tormenta de moléculas inflamatorias”. Esto, en una radiografía ya se ve claramente, de ahí que se estén haciendo tantas placas a los infectados. “Viendo los alveolos, un médico ya sabe si la infección va a ser grave o no”, advierte López.

Nos preguntamos también si esto ya ha ocurrido antes. Es decir, si es frecuente que este tipo de virus genere tantas infecciones asintomáticas. López recuerda que “antes de este, ha habido otros dos coronavirus catarrales, que están todavía por todo el mundo, y muchas de las personas que los padecen ni se enteran. El MERS, en cambio, cuando pasa a humanos es muy grave, pero por suerte se transmite muy difícilmente. Y el SARS, que también provocaba una sintomatología grave, está erradicado”.

De propagadores improbables a grandes propagadores

Según los CDC estadounidenses, centros de referencia para este tipo de enfermedades, este nuevo coronavirus se contagia principalmente por las gotículas respiratorias expulsadas por una persona al toser o estornudar. Pero no sólo. Apuntan otras vías posibles. “Podría ser posible que una persona contraiga el COVID-19 al tocar una superficie u objeto que tenga el virus y luego se toque la boca, la nariz o posiblemente los ojos, aunque no se cree que esta sea la principal forma en que se propaga el virus”, explican en su página web.

Por eso, afirman, “se cree que las personas son más contagiosas cuando presentan síntomas más fuertes”. Pero, de nuevo, no sólo. Porque "podría ser posible que haya algo de propagación antes de que las personas presenten síntomas; ha habido informes sobre esto con relación a este nuevo coronavirus, aunque no se cree que esta sea la principal forma en que se propaga el virus”. Una afirmación, esta última, que probablemente tendrán que ir actualizando a medida que los científicos van aportando nuevos datos sobre el virus.

El propio Fernando Simón calificaba de “improbable”, hace dos meses, la transmisión del virus por parte de una persona asintomática o presintomática. Pero lo decía el 11 de enero, han pasado dos meses y eso es una eternidad en relación con un virus que conocemos desde hace poco más de tres. Ahora, cada vez hay más investigaciones que apuntan a los asintomáticos como la principal fuente de propagación.

Un estudio realizado en Wuhan, publicado en la revista científica online Medrxiv a principios de marzo y pendiente de revisión todavía, estima que “hasta un 60 por ciento de las personas que contrajeron el virus eran asintomáticos o eran casos muy leves que no se informaron a las autoridades”. Una estimación basada en unos 26,000 casos confirmados por laboratorio en la ciudad, entre diciembre y febrero.

El New York Times se hacía eco, hace unos días, de otro estudio de médicos de un hospital de Bérgamo, epicentro de la epidemia en Italia y una de las zonas más golpeadas por el coronavirus de todo el planeta. Un estudio en el que concluyen que “los hospitales pueden ser el principal portador de COVID-19, desde el momento en que están saturados de pacientes infectados y facilitan la rápida transmisión del virus a pacientes no infectados”. El estudio está publicado y se puede consultar aquí.

En él, estos médicos italianos sugieren que el propio personal del hospital y de las ambulancias son “propagadores asintomáticos”, es decir, que se han infectado pero puede que no hayan presentado síntomas, propagando el virus mucho más. Por eso, estos médicos urgen a “evitar la hospitalización salvo en los casos absolutamente necesarios”.

¿Por qué es tan importante el papel de los asintomáticos?

La mayor o menor capacidad de propagación del virus entre asintomáticos tiene importantes implicaciones en las estrategias para contener la pandemia. Estrategias como la del confinamiento de toda la población que estamos sufriendo, no sólo de los enfermos con síntomas.

"Si un virus solo se transmite a partir de que da síntomas, tú aíslas a la gente solo cuando da síntomas. Pero si esto no es así, aíslas a todo el mundo. Cuando hay asintomáticos hay que aislar a toda la población, que es lo que se está haciendo", asegura Julio Bonis.

Porque cuando los síntomas no existen, o no son evidentes, es mucho más difícil evitar que el virus se propague. Salvo que el potencial “propagador asintomático” se quede confinado en casa y restrinja al máximo el contacto con los demás.

Este epidemiólogo explica que "ahora mismo se está dando por supuesto que todo el mundo podría estar infectando, se asume que cualquiera podría ser un vector. El confinamiento tiene su lógica si asumimos esto".