Las imágenes estremecen y generan al mismo tiempo dolor, rabia e indignación. Constituyen una cruel y lamentable muestra más de la escalada de violencia en Barcelona, que registra con este suceso la quinta víctima por homicidio este mes. Tuvo lugar en el Puerto Olímpico de Barcelona, donde un grupo de jóvenes comenzó una discusión en una discoteca. En ella estaban implicados cinco rusos y dos de nacionalidad china. La trifulca se extendió más allá del local, y ya fuera de él se convirtió en una paliza mortal.
Después de que uno de los rusos propinase un empujón a los dos jóvenes asiáticos, uno de ellos le devolvió su ataque, lo que desencadenó que el resto de los compatriotas del agresor entrasen en escena. Los cinco turistas rusos se ensañaron con uno de los jóvenes, de 25 años, al que tiraron al suelo y le pegaron patadas y puñetazos sin que tuviese opción alguna a defenderse. Intentó levantarse, pero le sujetaron las piernas para que siguiese recibiendo golpes, la mayoría dirigidos a la cabeza. Su amigo intentó ayudarle, pero de otro puñetazo lo tiraron también a la calzada y le impidieron actuar.
La zona estaba repleta de gente. Alrededor muchos fueron testigo de los hechos, pero nadie intervino directamente mientras al joven le daban una paliza tal que quedó en muerte cerebral y a las pocas horas murió en el hospital.
Las imágenes, captadas por una cámara de la zona, son clave para la detención de los autores, a los que la policía intenta identificar. Habrían actuado así siguiendo un juego macabro. Según fuentes no oficiales la agresión podría incluirse dentro de lo que se conoce como ‘cacería de asiáticos’, según la cual estos hombres procedentes de Europa del este salían de fiesta y se dedicaban a agredir salvajemente a aquellos fiesteros con rasgos asiáticos que se encontraban a su paso.
Mientras prosigue la investigación, desde la patronal de ocio indican que es necesaria más presencia policial en la zona.