Los padres de Sandra Palo, la joven brutalmente asesinada en mayo de 2003, han recogido más de 9 000 firmas en un mes, a través de la plataforma Change.org, para solicitar la modificación de la ley del menor.
La recogida de firmas continúa abierta y Francisco Palo, padre de la joven, ha manifestado que "todos" son "víctimas potenciales de menores que sienten y saben que son impunes, que pueden delinquir por el mero hecho de tener una edad, porque las consecuencias de sus actos no se corresponden con la crueldad de sus delitos".
Además, ha recordado que llevan 19 años con recogidas de firmas, ya que en 2005 las entregaron en el Congreso de los Diputados, "pero la modificación no se promovió en los términos" que solicitaron.
"Queremos que todos los partidos políticos cojan nuestro testigo de esta modificación de la ley orgánica de los menores, ya que solo ellos pueden hacerlo", ha afirmado Francisco Palo.
Al respecto, ha indicado que "algo se hizo, pero fue testimonial", porque "en España no pueden instar la creación o modificación de leyes orgánicas, pero sí tienen efecto para mover a los políticos a coger testigo de estas peticiones, pues la sociedad demanda este cambio tan necesario".
"Nuestra hija Sandra Palo ya no puede volver con nosotros, pero está en nuestra mano que no haya más Sandras asesinadas por menores, y que los menores que delinquen no tengan la sensación, real por desgracia, de que son tratados de un modo especial, y pueden delinquir puesto que en un corto periodo de tiempo estarán libres de nuevo y con los expedientes limpios sin antecedentes", ha apuntado.
Asimismo, ha señalado que no quieren "buenas palabras", sino soluciones y que los políticos y juristas "comiencen a tomar esta lucha como algo propio y que promuevan esta modificación".
El 17 de mayo de 2003, cuando regresaba a su casa en Getafe, Sandra Palo fue secuestrada, violada y asesinada, a los 22 años de edad, en un descampado de Leganés, donde apareció su cuerpo carbonizado.
Sandra Palo cuenta con un monolito en su memoria que se inauguró en enero de 2019 en el parque Castilla-La Mancha de Getafe, junto al barrio de Las Margaritas donde residía con su familia, con una placa en la que se puede leer 'Para que ni la mayor de las sombras apague nunca tu sonrisa'.