Los servicios sociales habían valorado en los últimos meses retirarles la custodia de los niños. Los padres habían retirado al mayor del colegio, del 3 años, alegando que se iban a cambiar de localidad.
En la casa abandonada que había ocupado la pareja ha aparecido un mensaje pintado que estremece: “Vais a morir todos”, se leía.
Dentro, entre colchones y juguetes de niños, los agentes han encontrado cabezas de animales y muñecas colgadas en las paredes. Así vivían con sus dos hijos tras dejar la vida acomodada que tenían.
“Yo sé de vecinos que les daban comida, ropa…”, aseguran los que los conocían.
Gabriel, de origen belga, y María, una joven que participó en las manifestaciones del 15M, eran treintañeros y tenían una relación complicada.
Él tenía reacciones violentas y ambos habían comenzado a vivir de manera alternativa. Consumían estupefacientes y estaban inmersos en temas sectarios y paranormales. Una pareja psicológicamente inestable.
La madre de ella intentaba ayudarlos. Recibía la noticia de la desaparición de los menores en el cuartel, acudía a la zona de búsqueda y, finalmente, descubría que su hija ha indicado el lugar del crimen.