El cariño ciudadano a los padres de Gabriel ayuda a su recuperación
Ante el féretro de Gabriel, sus padres, Ángel y Patricia, han querido corresponder a tanto cariño ciudadano. Patricia, la madre, ha pedido silencio porque quería que todos escucharan su reiterado mensaje a la calma. Y con la alegoría de un cuento que alguien le ha enviado, ha dicho con la voz entrecortada, "la bruja se ha ido, sacadla de vuestras cabezas". Y así, esta madre con el corazón roto, ha insistido en que cesen los mensajes de odio hacia la presunta asesina, para no empañar el recuerdo de su hijo, su pececillo.
Su fortaleza, surgida del propio sufrimiento de algo tan antinatural como es perder a un hijo, resulta admirable y comprensible a ojos expertos. Esos mensaje positivos pueden ser más beneficiosos para su recuperación que los sentimientos de odio o la culpa.
Patricia ha sido casi sostén de Ángel en la búsqueda de su pequeño desde el primer momento. A pesar de estar separados. Aunque, la presunta asesina, Ana Julia, fuera la actual pareja de él. Quizás el hecho de compartir la educación y el cuidado de Gabriel, independientemente de la relación rota de pareja, ha sido lo que los ha acercado aún más.
La esperanza de encontrar vivo a Gabriel les daba fuerza. También el cariño llegado desde todas partes. En su dolor Patricia está convencida, también Ángel, de que su niño ha generado desde el primer momento ese sentimiento de cariño, las demostraciones de humanidad de toda la gente. "La gente quiere ser buena, solo hace falta darle las herramientas", palabras de una madre llorando a su único hijo, que acaban de saber está muerto y ha sido asesinado.
Ahí empezó el duelo, en el momento de recibir la fatal noticia y la dela detención de la presunta asesina. Aunque, tras la despedida terrenal a Gabriel y con el cariño ciudadano, sus padres se retiran a la dura realidad de una pérdida. Pero ya en la intimidad, lejos de los focos.