Pocas familias en cuarentena pueden sentir el escándalo en casa como lo hacen los Briggs, en West Virginia (EEUU). Esto se debe a que Jeane y Paul son padres de, nada más y nada menos, 38 hijos, de los cuales 6 son biológicos y 32 llegaron por medio de adopción. No todos están bajo el mismo techo puesto que varios han abandonado ya el domicilio. El matrimonio Briggs sigue teniendo a 21 hijos viviendo en casa.
Un total de 12 miembros de la familia, incluidos los progenitores, contrajeron el coronavirus en el último mes, lo que ha hecho que superar la cuarentena sea mucho más difícil de lo que cabría esperar. Sólo el caso de Jeane fue lo suficientemente grave como para requerir la hospitalización. De hecho, se enfermó tanto que finalmente terminó en la unidad de cuidados intensivos (UCI).
Mientras tanto, Paul tuvo que ponerse en cuarentena solo en una habitación dentro de su casa, donde ya había estado trabajando remotamente durante las últimas siete semanas.
Joseph trabaja en Sam's Club y el mes pasado comenzó a mostrar signos de COVID-19 después de haber estado expuesto a él durante su turno. Fue el primero de los hijos que se contagió. Cuatro días después, Jeane también comenzó a sentirse enferma, experimentando desde fiebre y mareos hasta problemas gastrointestinales. Poco después, su esposo empezó con síntomas leves y varios otros niños le siguieron.
El autoaislamiento en una casa con 21 hijos no fue fácil, pero la familia Briggs lo consiguió al trasladar colchones a otras habitaciones y designar ciertos baños y áreas de la casa para las personas con la enfermedad. Y limpiar, limpiar mucho. De hecho, Jeane aseguró a 'Inside Edition' que los jóvenes se levantan unos 30 minutos antes de lo habitual para desinfectar la casa con toallitas antibacterianas y aerosol. Y repiten el proceso dos veces al día.
También han tenido que tener en cuenta la cantidad de papel higiénico y de toallas de papel que están usando. Jeane dice que ha estado comprando por adelantado y ahorrando ese tipo de productos durante años, por lo que afortunadamente no han tenido escasez.
Y, en medio de toda esta agitación, de alguna manera han conseguido seguir educando en el hogar a 14 de sus hijos, algo que ya hacen todo el año, lo que sin duda facilitó las cosas. A pesar de la terrible experiencia, tanto ella como Paul se sienten afortunados.
En 2014, la familia fue entrevistada por la BBC, aunque en ese momento Jeane y Paul Briggs 'solo' tenían 34 hijos. Jeane afirmó a la cadena de televisión que su familia comenzó a crecer en 1985, después de un fatídico día en la iglesia que cambió su vida para siempre. Fue entonces cuando le mostraron la foto de un niño de dos años que había estado viviendo en un orfanato en México. El pequeño estaba ciego y había sido golpeado tan severamente que sufrió daño cerebral.
Algo en Jeane la atrajo hacia el niño y, antes de darse cuenta, había subido a un avión rumbo a México con Paul para visitarlo. "Lo vi sabiendo que podía ser nuestro hijo. Supe al instante que deberíamos adoptarlo", señaló Jeane a la BBC. En los años siguientes, el matrimonio continuó abriendo sus corazones a los más necesitados, adoptando bebés y niños mayores de lugares lejanos a ellos como Rusia, Ucrania y Bulgaria.
Algunos de los niños, como Abraham, fueron abusados. Otros fueron abandonados, como Jabin Kofi y John David, que fueron dejados en un arbusto en Ghana. Pero una vez que estuvieron a salvo a cargo de Paul y Jeane Briggs, todos fueron amados. "Simplemente lo disfruto", manifestó Jeane a 'Today' en 2014.