Más cárcel para Hasél: confirmada otra condena de más de dos años por amenazas
El juzgado de Lleida deberá decidir ahora si obliga al rapero a cumplir esta nueva pena de prisión impuesta
El encarcelamiento del rapero ha provocado una oleada de protestas
La sentencia puede ser recurrida ante el Supremo
Pablo Hasél, que tuvo que ser detenido en la universidad de Lleida se ha convertido en uno de los símbolos de la libertad de expresión para muchos -artistas y creadores firmaron un manifiesto condenando que fuera enviado a la cárcel por sus consignas en sus rap en las que arremetía contra el Rey y justificaba a ETA-. Él mismo predijo y acertó, que tras su entrada en la cárcel se sucederían las manifestaciones. Pero ahora una nueva condena muy distinta a la libertad de expresión porque en este caso se habla de obstrucción a la justicia, amenazas y maltrato de obra. Por lo que el futuro penal del rapero se complica aún más.
La Audiencia de Lleida ha confirmado otra condena de dos años y medio para el rapero Pablo Hasel por amenazar a un testigo de un juicio contra unos guardias urbanos de Lleida, pena que podría sumarse a los nueve meses de cárcel que está cumpliendo por enaltecimiento al terrorismo. La polémica de esta sentencia ha pasado a las calles, incendiadas en Cataluña y provocando disturbios en otras zonas de España y al terreno político tras el apoyo de Echenique a estas manifestaciones que han acabado en violencia. Ayuso ha calificado a Hasél de delincuente y niñato y ha criticado los apoyos de Podemos.
El tribunal ha confirmado este mismo jueves la sentencia, que condenó a Hasel por los delitos de obstrucción a la justicia, amenazas y maltrato de obra, dos días después de que ingresara en prisión para cumplir una condena de nueve meses por enaltecimiento al terrorismo que la Audiencia Nacional descartó suspenderle. El juzgado de Lleida deberá decidir ahora si obliga al rapero a cumplir esta nueva pena de prisión impuesta, aunque la sentencia puede ser todavía recurrida ante el Tribunal Supremo.
El encarcelamiento del rapero -que acumula otras condenas, una de ellas de dos años que le fue suspendida en 2019- ha desatado una oleada de protestas que en los dos últimos días han acabado con disturbios en varias poblaciones catalanas, con heridos y detenidos. Una joven que acudió a una de estas manifestaciones en defensa del rapero ha perdido un ojo. La entidad pro derechos humanos Iridia ha denunciado las lesiones sufridas por la joven y ha pedido una "revisión profunda" del uso de proyectiles de precisión por parte de los antidisturbios, tras denunciar que ayer la manifestante perdió un ojo en la Vía Augusta de Barcelona durante las protestas y los Mossos han iniciado una investigación.
El Gobierno critica la postura de Echenique
El caso Hasél ha llegado al Congreso y no solo en un audio para escuchar sus temas como hizo un diputado de la CUP. El Gobierno ha reprochado al portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, no haber condenado los actos violentos en las manifestaciones derivadas del encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, y le ha pedido responsabilidad desde su puesto público para no alentar las protestas que la formación morada ha evitado condenar. Unas protestas en las que se mezclan las reivindicaciones pacíficas en defensa de la libertad de expresión, que muchos consideran atacada y los grupos violentos que aprovechan los actos para destrozar mobiliario urbano y enfrentarse a la policía.
Los disturbios no cesan desde que Hasél fue encarcelado. La pasada noche las protestas tuvieron lugar en varias ciudades de España, aunque con especial virulencia en Madrid, donde se saldaron con 19 detenidos y 55 heridos, de ellos 35 policías, y en Barcelona, que terminó con 33 arrestados y 14 heridos, además de 135 contenedores y 9 coches quemados. La manifestación no estaba aprobada por la delegación del Gobierno.
El mensaje que Echenique escribió en su cuenta de Twitter, en el que expresaba "todo su apoyo a los jóvenes antifascistas" que estaban "pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles", ha provocado multitud de críticas en la oposición (PP, Ciudadanos y Vox), que ha pedido su dimisión, pero también en el seno del Gobierno. Preguntado por el asunto, el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, ha evitado condenar los disturbios mientras que la portavoz del partido, Isa Serra, ha manifestado que su grupo es contrario a "toda violencia". Serra ha lamentado el destrozo del mobiliario urbano aunque sí ha expresado su apoyo a "la lucha por la libertad de expresión" en España.
La portavoz de Podemos, que ha dicho que su grupo prefiere "siempre" las "movilizaciones pacíficas", ha afirmado que quienes condenan lo sucedido en Madrid deberían condenar que en Barcelona una persona perdió un ojo por una bala de espuma.
Desde el Gobierno, ha sido la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, una de las primeras en expresar en la Cadena Ser su rechazo al apoyo del dirigente de Unidas Podemos a los manifestantes violentos y le ha instado a ser responsable con el cargo público que ostenta.
Calvo ha recalcado que ningún derecho se puede defender ni expresar con violencia y ha considerado que esa es una línea roja absoluta. "Una cosa es defender que una democracia sea exigente con la libertad de expresión y otra muy diferente es alentar a estar en una situación en la que ayer vimos heridos y detenidos", ha añadido.
Desde Canarias, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha defendido por su lado la libertad de expresión de Echenique y que se pueda expresar en las redes sociales para respaldar al rapero Pablo Hasel, ya que ni siquiera forma parte del Ejecutivo. También el delegado de Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, ha afeado su comportamiento al portavoz de Unidas Podemos, al señalar que no fue responsable en sus declaraciones y le ha recordado que en España existen cauces democráticos "más que de sobra para protestar".
En la misma línea, la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, ha insistido en que las personas con responsabilidades políticas deben aprovechar sus "altavoces" para decir claramente que "la violencia no es el camino".
Desde la oposición, el PP ha pedido la dimisión del dirigente de Podemos y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha elevado la responsabilidad de lo sucedido al vicepresidente Pablo Iglesias, y le ha exigido al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, que le cese inmediatamente por entender que está "siempre detrás de los movimientos vandálicos" y es un "aliado" de los violentos.
También la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, ha acusado a Pedro Sánchez de ser "cómplice" de los dirigentes de Podemos, mientras el portavoz nacional de los 'populares' y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha acusado a Echenique de "legitimar la violencia".
Desde la tribuna del Congreso, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha mostrado su apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por haber mantenido el orden y su condena a los que están haciendo una incitación a la violencia. "¡Qué vergüenza me da Echenique!", ha exclamado Espinosa de los Monteros.
La diputada de Ciudadanos María Muñoz ha exigido a Echenique que pida perdón y al Gobierno que se desmarque de sus palabras, porque, de lo contrario, ha advertido, la decadencia de la democracia no tendrá fin.
Las críticas a Echenique han llegado también desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que ha calificado de "escandaloso" que un partido que forma parte del Gobierno apoye las protestas violentas en Madrid y Cataluña para pedir la liberación del rapero Pablo Hasel.
El Ministerio del Interior ha reconocido la labor de la Policía y del resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad "garantizando la seguridad de todos frente a los altercados provocados por una minoría de violentos".