Kaiyu compró en 2013 lo que pensaba que eran cachorros de perro, cerca de la frontera de Vietnam, pero en realidad eran dos cachorros de oso negro del Himalaya.
Poco a poco con el tiempo y según crecían los animales, se dio cuenta de que no se parecían a ningún tipo de canino y que estaban creciendo demasiado, llegando a pesar hasta 45 kilos, según afirma el diario Daily Mail.
El dueño afirma que le pareció extraño que atacasen el gallinero, pero se dio cuenta de las mascotas que tenía cuando leyó un artículo sobre los osos del Himalaya.
Entonces Kaiyu decidió dar los animales al Centro de Rescate de Animales Salvajes de Yunnan., ya que estos osos se encuentran en peligro de extinción.