Con los colores del Orgullo Gay las ventas se disparan y los visitantes se olvidan del bolsillo. "En cuatro días me gasto entre 600 y 1.000 euros", cuenta un joven.
Los fogones trabajan sin descanso para un visitante muy interesado en ocio gastronómico y mucha fiesta. El alojamiento también se lleva una buena parte del presupuesto. La ocupación en muchos hoteles es del cien por cien y los precios aumentan de media un 6 por ciento.
El resultado: las arcas de la ciudad se llenan. "Entre 115 y 120 millones se quedan en Madrid entre el miércoles y el domingo y en los diez días, 230-250 millones", explica Juan Carlos Alonso, coordinador general de MADO.
Desde 2007 el impacto económico ha aumentado entre un cinco y un ocho por ciento cada año. Una subida que ni siquiera se frenó, según los organizadores, en los años de la crisis.