El pequeño estaba en el porche de la vivienda familiar jugando con el animal sin la vigilancia de ningún adulto. En un momento, el niño dio un golpe al perro con una espada de plástico en la espalda y el can se abalanzó instantáneamente sobre él y le destrozó la cara de un mordisco.
Según recoge Las Provincias, el pequeño fue trasladado por su madre y una vecina al Hospital Francesc de Borja, situado en Gandía, donde le atendieron de urgencia. No obstante, debido a la gravedad de las heridas, lo derivaron al Hospital Universitario y Politécnico de la Fe, en Valencia donde le intervinieron quirúrgicamente.
Al enterarse de lo ocurrido, los adultos que estaban en la casa llamaron a emergencias. No obstante, cuando los agentes de la Guardia Civil de Oliva acudieron a la vivienda, el menor ya estaba en el hospital. La Policía de Oliva junto con el Seprona están realizando una investigación de lo sucedido.
En cuanto al perro, a pesar de que sus características son las mismas que las de un perro de raza potencialmente peligrosa, no está catalogado como tal. Según ha mostrado la propietaria del animal mostrando su cartilla, el perro es mestizo.
Sin embargo, fuentes policiales declaran que “por el tamaño de la mandíbula y la mordedura, el can debería estar registrado como raza peligrosa, ya que parecía un American Stanford”. Además, al estar dentro del domicilio, el perro no llevaba bozal en el momento del ataque.
De momento, el can permanecerá en la protectora de animales Spama de Gandía hasta que se acalare lo sucedido.