Después de dos años la Organización mundial de la salud anunciará el fin del brote de ébola que ha afectado a más de 28.000 personas en todo el mundo.
Entre las 11.000 víctimas mortales que ha dejado la enfermedad hay dos religiosos españoles. Uno de ellos el sacerdote de la orden de San Juan de Dios Manuel García Viejo, fallecido el 26 de septiembre de 2014 en el hospital Carlos III de Madrid donde permanecía ingresado después de ser repatriado desde Sierra Leona en la madrugada del 22 de septiembre.
El otro fallecido fue el sacerdote de la misma orden Miguel Pajares, de 75 años, que fue el primer paciente de ébola repatriado a Europa y falleció el 12 de agosto de 2014, cinco días después de llegar a Madrid desde Liberia.
Además, la enfermera española Teresa Romero contrajo la enfermedad tras atender a Manuel García Viejo convirtiéndose en la primera persona que se contagiaba de la enfermedad fuera de África. La sanitaria logró salvar su vida tras varias semanas de aislamiento en las que se estuvo debatiendo entre la vida y la muerte.
Noventa días de verificación
Liberia ha sido el último país afectado que ha quedado libre de la epidemia, después de Sierra Leona y Guinea.
Ahora empieza un periodo de 90 días de vigilancia para verificar que el brote ha terminado definitivamente, aunque eso no significa que la enfermedad haya sido erradicada.