La relación de Nuria, de 45 años, con la covid es de esos casos raros que nadie espera que ocurran. Profesora de infantil en un colegio de Madrid, ha podido contagiarse una cuantas veces de este virus y nunca ha sucedido. Y ahora que está vacunada desde marzo con una sola dosis de AstraZeneca, ha dado positivo en PCR con fiebre de hasta 38 y medio. Su hija, de nueve años, contagiada por primera vez en septiembre, ha vuelto a dar positivo.
Pero empecemos esta historia por el principio para que se hagan una idea de lo impredecible que es este virus. "La primera vez que me confinaron fue en septiembre. Había mantenido un contacto estrecho con una amiga que había dado positivo. Entonces, mi hija mayor y yo dimos negativo en PCR, pero mi hija pequeña dio positivo, aunque nunca tuvo síntomas. En total, estuvimos 20 días confinadas, ya que yo no había aislado a la niña porque hasta 10 días después no supe que era positivo. Aun así, no me contagié", recuerda.
Días después de salir del confinamiento, el padre de las niñas dio también positivo. Se había contagiado por un amigo. "Las niñas habían estado esa semana con él en su casa y la médico nos recomendó que la mayor, que no lo había pasado, se quedara con él, y la pequeña que sí, se viniera conmigo", señala. Una semana después, la hija mayor empezó con algo de síntomas estando todavía con el padre. Dio positivo en PCR. Pero, en aquella ocasión, tampoco Nuria cogió la covid.
Ni lo hizo cuando otra compañera dio positivo y contagió a otra más con la que Nuria va y viene del colegio todos los días en coche. "Había estado tan cerca del virus tantas veces sin infectarme que llegué a pensar que era inmune. Que a lo mejor lo había pasado en enero de 2020, cuando sufrí una gripe fortísima, con un cansancio que hasta me fui al neumólogo", señala.
El pasado septiembre, en la prueba serológica que la Comunidad de Madrid hizo a todos los profesores, se despejaron las dudas. Nuria no tenía anticuerpos, es decir, lo más probable es que nunca hubiera pasado la enfermedad.
Fue el 8 de marzo cuando se puso la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. Días más tarde, se hizo la prueba serológica del pinchacito en el dedo aprovechando que un amigo había comprado varios kits a un laboratorio de Alemania. Esa vez salió que Nuria sí tenía anticuerpos.
La sorpresa vino un mes y medio después. El viernes 21 de mayo, Nuria empezó a encontrarse mal. "Estaba muy, muy cansada y tenía la sensación de que me iba a poner enferma", asegura. Al día siguiente se levantó peor. La fiebre le subió hasta 38,4. "Llamé al médico del seguro pero me dijo que era poco probable que fuera covid dada mi situación. Que corría más riesgo de contagiarme si iba al hospital a que me hicieran la prueba del covid. Que era mejor que me quedase en casa".
Se encontraba realmente mal. "Tenía fiebre, dolor de cabeza, no me podía levantar de la cama, me ponía de pie y me temblaban las piernas como si me fuera a caer. Solo quería estar con los ojos cerrados", asegura. El domingo, siguió teniendo fiebre. Pero el lunes, empezó a recuperarse.
"Yo pensaba que no era coronavirus, porque después de estar vacunada y habiendo tenido tantos contactos con gente contagiada y no haber caído, creí que esta vez tampoco iba a hacerlo", cuenta. Aun así, el lunes se puso en contacto con su médica de cabecera. "Le pedí que me hicieran una prueba para quedarme más tranquila. La doctora me dijo que me harían una de antígenos pero que era rarísimo que diera positivo".
Pero, para sorpresa de todos, esta vez sí, Nuria tenía covid. "Cuando me llamó la enfermera para decírmelo le dije: 'No me lo puedo creer'. Y ella me respondió: 'A ver, esto pasa. No es lo normal, pero pasa".
El último día que había visto a sus hijas había sido el jueves. El lunes por la mañana, la pequeña -la que lo había cogido de forma asintomática en septiembre- se levantó con 38,2. Otra prueba de antígenos confirmó que era positivo de nuevo. "Enseguida se le fue la fiebre. Tuvo un poco de diarrea una sola vez. Y no ha vuelto a tener nada más, quizás esté un poco más cansada".
La médico ha aconsejado que madre e hija se confinen juntas. El padre y la otra niña han dado negativo, pero también están confinados. "Lo que peor he llevado es que mis hijas estuvieron en el pueblo del padre para ver a sus abuelos, que están vacunados, el fin de semana que me puse mala. Me daba muchísimo miedo que los hubieran contagiado, pero todos están bien".
Nuria tiene claro que todo esto que le ha pasado a ella puede servir para hacer entender a la gente que hay que seguir teniendo precaución con este virus. "Aunque te hayas vacunado o lo hayas pasado", insiste, "te puedes contagiar o recontagiar otra vez".
A Nuria le queda otra dosis de la vacuna para completar la pauta. Todavía no le han dicho cuando se la pondrán. "Al principio quería AstraZeneca, pero ya no sé qué pensar… lo mismo me pongo Pfizer", reconoce. Su extraña historia con el covid podría acabar entonces.