El municipio pontevedrés de Arbo sigue consternado por lo acontecido este sábado en una de sus playas fluviales. Un padre y su hijo de 10 años han muerto después de ser arrastrados por la corriente del río Miño. Las autoridades han localizado el cuerpo sin vida del menor este domingo, mientras que el progentor falleció el sábado, día en el que se produjo la tragedia.
Todo ocurrió a última hora de la tarde del sábado. La familia viguesa se estaba bañando en la playa fluvial. El pequeño, al perder una de sus sandalias, se metió al agua para recuperarla. Al no poder regresar a la orilla, pidió ayuda y su padre fue tras él. Desafortunadamente, ambos terminaron siendo arrastrados por la corriente del río.
Los servicios de rescate localizaron al progenitor, de 42 años, y tras realizar numerosas maniobras de reanimación, solo han podido confirmar su muerte. Para la localización del menor se ha desplegado este domingo un amplio operativo de búsqueda con drones y equipos de emergencia tanto españoles como portugueses.
La madre y el hermano del menor han tenido que recibir asistencia psicológica, ya que se encontraban en el lugar de los hechos. Una mujer de la zona ha apuntado sobre el trágico incidente: "El niño pidió auxilio enseguida. Fue una tragedia horrorosa. Si el padre no se tira, quién se va a tirar. Y se tiró otro chico, vecino de aquí, pero vio que el remolino lo metía para abajo y salió".