Los restaurantes en Puerto Real son más accesibles que nunca. Y todo gracias a un niño invidente de 10 años que tuvo la brillante idea de traducir, junto a su madre, las cartas de los menús de los mesones, tabernas y heladerías de Cádiz al braille.
La idea surgió cuando el pequeño pudo leer un menú de un restaurante, por primera vez, y todo porque estaba escrita en braille. Le hizo tanta ilusión que rápidamente decidió traducir con sus propias manos las cartas de otros establecimientos de su localidad.
Para Francisco Manuel es sin duda la mejor de las tareas. Con la ayuda de su madre que le dicta las cartas de los bares las transcribe al braille con su máquina de escribir. Una bronquiolitis siendo bebé le hizo perder la visión pero la ilusión de este niño de 10 años no tiene límites y con esta iniciativa pretende ayudar a otras personas invidentes. Ya ha traducido los menús de 15 restaurantes en la provincia de Cádiz. A veces los pequeños gestos hacen el mundo más fácil a muchos.