Tenía 13 años cuando la mató dándole un tiro en la cabeza. Lo hizo, ha admitido ahora en el juicio, porque creía que Sylvia McGee, una niña de tan solo 14 años, estaba embarazada con un hijo suyo. No era verdad. La autopsia reveló que la adolescente no estaba encinta.
Los hechos sucedieron el pasado mes de marzo en Canton, Ohio, Estados Unidos, y el acusado, cuyo nombre no ha trascendido, se ha declarado culpable para conseguir una reducción de la pena de asesinato agravado a asesinato.
Por el momento, permanecerá en una prisión para jóvenes hasta que cumpla los 21 años y será sometido a una evaluación psicológica. Sin embargo, si así lo estima la jueza del Tribunal de Familia del Condado de Stark encargada del caso, podría añadir 18 años de vida en prisión en una cárcel para adultos.
La sentencia que decida sobre su situación se conocerá el mes de enero, tal y como informa New York Post.