El corazón de Virsaviya Borun-Goncharova, una niña de 11 años que vive en Florida, puede verse latir a simple vista. La niña nació con una rara malformación, conocida como el síndrome torácico-abdominal Pantalogy de Cantrell, que impidió que su caja torácica y sus músculos abdominales se formaran correctamente mientras estaba en el útero de su madre. Como resultado de esta malformación, la niña nació con su corazón alojado en el exterior de su pecho, recubierto tan solo con la piel de esta zona.
A la madre de Virsaviya, Dari, la dijeron que la niña no sobreviviría al parto, pero ahora, once años después, su hija intenta tener una vida normal, dentro de los problemas que le ocasiona esta extraña y sorprendente malformación. La Pantalogy de Cantrell solo afecta a alrededor de uno de cada millón de nacidos vivos y no causa dolor a Virsaviya en su vida cotidiana. Sin embargo, deja su corazón expuesto, por lo que la niña debe tener cuidado de no golpearse el pecho, ya que esto podría resultar fatal. Para proteger su corazón y evitar posibles lesiones, Virsaviya usa una cubierta de protección que se coloca sobre el pecho, bajo la ropa.
Durante estos últimos años, Virsaviya ha pasado largas temporadas en el hospital y a veces requiere de la ayuda de una bombona de oxígeno para evitar que sus niveles en sangre najen demasiado. Pero, más allá de estos inconvenientes, la niña tiene una vida normal y la encanta bailar, cantar y jugar con sus amigos. A su pequeño hermano, Ervin, le encanta tocar su corazón o dormirse recostado sobre él, notando sus latidos.
Virsaviya sabe que tiene un problema, pero está decidida a que esta malformación no la detenga para todo lo que quiere hacer en su vida. La niña, en declaraciones a Metro, afirma que recibe “muchos mensajes en Instagram diciéndome que soy una inspiración, lo cual es increíble. Mi corazón es diferente, pero eso me hace única y eso me encanta".