La muerte del pequeño ocurrió el pasado 30 de octubre en la guardería Tilden de Chippewa Falls (Wisconsin, EE.UU.). El bebé fue inmediatamente trasladado a un hospital, donde el personal médico certificó su muerte. Un perito determinó que las graves lesiones que presentaba el pequeño no se correspondían con un accidente.
La niña declaró ante un juzgado el pasado lunes, y según los medios locales estuvo llorando en brazos de su madre durante los 10 minutos que duró su audiencia. Admitió que tenía al bebé en brazos y lo lo dejó caer. El bebé se golpeó en la cabeza contra una silla y empezó a llorar; entró en pánico, no supo qué hacer y no quiso meterse en problemas. Entonces lo pisó muy fuerte en la cabeza".
La niña ha sido acusada de homicidio intencional en primer grado y en los mismos términos jurídicos que una adulta, pues la ley de Wisconsin juzga como mayores de edad a los niños implicados en casos graves a partir de los 10 años, según ha publicado ABCNews.
El juez que lleva el caso, James Isaacson, fijó una fianza de 50.000 dólares y determinó que la niña debe permanecer en un centro de detención hasta que se celebre su juicio, si bien las autoridades competentes ya están buscando "un lugar menos restrictivo" para alojarla, mientras dura el proceso.