Saoirse Kennedy Hill, la nieta del hermano del expresidente de Estados Unidos, Robert F. Kennedy, murió el pasado 1 de agosto en una vivienda de la familia el estado de Massachusetts, Estados Unidos.
Aunque en un primer momento ya las hipótesis apuntaban a una posible sobredosis, ahora la prueba toxicológica lo ha confirmado: se encontraron restos en su organismo de metadona, fluoxetina, norfluoxetina, diazepam, nordiazepam y alcohol, según el medio CBS News.
En el año 2016 la joven publicó una carta en el diario The Deerfield Scroll, un periódico estudiantil del internado de Deerfield Academy, donde admitía que sufría depresión que le iba a acompañar de por vida, y relató un episodio de abuso sexual que sufrió que le llevó a un intento fallido de suicidio.
Saoirse también acusó a su centro de no saber manejar las emociones y las necesidades que los alumnos tenían, y criticó duramente el estigma que viven las personas que sufren enfermedades mentales, sin poder hablar abiertamente de lo que les está pasando.
La familia Kennedy ha afrontado a lo largo de los años numerosas tragedias entre sus seres queridos, como las de los asesinatos de John y Robert Kennedy, y la reciente muerte de Saroirse.