Más de un 40% de los accesos a los centros escolares y de los parques infantiles tienen nicotina procedente del humo del tabaco y de los cigarros. Además, cabe destacar que en el 60% de los espacios infantiles hay presencia de colillas. Ante estos datos, los investigadores advierten: "Los niños y las niñas que ven personas fumadoras a su alrededor tienen una mayor probabilidad de convertirse en fumadores al crecer".
En concreto, un 46% de los accesos a los centros escolares y un 41% de los parques infantiles tienen nicotina procedente del humo del tabaco y las colillas de los cigarrillos, según un estudio europeo liderado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), que revela que "España está en la media" de esta problemática. Así lo explica también a EFE la investigadora de la ASPB María José López con motivo de la presentación de una exposición que explica cómo se ha elaborado este estudio pionero, financiado por la Unión Europea y en el que han participado Bulgaria, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Polonia, Portugal, Rumanía, Reino Unido y España.
El trabajo de campo consistió en la toma de 220 mediciones ambientales en escuelas de primaria y 220 en parques infantiles -20 por país y espacio-, entre 2017 y 2018. En el caso de España, todas las muestras se realizaron en centros de Barcelona.
El estudio también reporta la presencia de colillas en casi un 60% de los parques infantiles y en un 75% de las entradas a escuelas.
La doctora López, investigadora principal del estudio, ha señalado que las diferencias entre países no son muy grandes pero sí que refleja que, donde el consumo de tabaco se ha "desnormalizado" porque "hay más espacios libres de humo, publicidad más estricta y el tabaco es más caro", hay menos nicotina en estos espacios frecuentados por niños que en los que tienen una política menos restrictiva del tabaquismo.
La investigadora ha puesto énfasis en que hay evidencias científicas de que los niños son especialmente vulnerables a los efectos nocivos del humo ambiental del tabaco, incluso en espacios abiertos, y que además pueden ingerir las colillas -en el caso de parques infantiles-, que son tóxicas y también un problema ambiental.
"Por otra parte, hay que recordar también, que los niños y las niñas que ven personas fumadoras a su alrededor tienen una mayor probabilidad de convertirse en fumadores al crecer", ha advertido López.
El estudio ha constatado así que tanto la presencia de nicotina ambiental en los parques infantiles como en las entradas de las escuelas aumenta en los países con políticas menos restrictivas respecto al tabaco y, además, eso ocurre en los barrios más desfavorecidos económicamente.
Pero incluso en los países en que fumar en estos espacios está prohibido, como en el caso de España, el estudio detecta la presencia de esta substancia tóxica, porque "se sigue fumando" sin cumplirse la ley, ha advertido López. La científica ha considerado que esto se debe a que "las leyes son ambiguas" y además, falta que las políticas restrictivas con el tabaco se "implementen y publiciten" y haya un auténtico "control y vigilancia".
En este sentido, como principales conclusiones del estudio, María José López destaca que hace falta establecer "perímetros claros" alrededor de las escuelas de como mínimo entre 4 y 9 metros en los que no se pueda fumar, aunque ha reconocido que serían aún mejor los 30 metros que fija la legislación de Nueva York.
El estudio revela que en uno de cada cinco parques infantiles había alguna persona fumando dentro del área de juego. También que frente a las 5 personas fumando de cada 10 que estaban ante escuelas de barrios de nivel socioeconómico más desfavorecido había 3 fumadores en los más favorecido (53% vs. 32%).
Este trabajo de investigación forma parte del proyecto europeo TackSHS, que tiene como objetivos estudiar la exposición al humo ambiental del tabaco y en las emisiones de los cigarrillos electrónicos, estimar la carga de enfermedad atribuible al tabaquismo pasivo en la población europea, especialmente en aquellas personas más vulnerables, e impulsar nuevas políticas e intervenciones que ayuden a reducir su impacto.
El proyecto TackSHS ha tenido una duración de cuatro años y ha recibido financiación del Programa Horizon 2020. Ha sido coordinado por el doctor Esteve Fernández, responsable de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología (ICO)/Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), y han participado personas investigadoras de centros de investigación de varios países europeos.