AlisaTepikina solo tuvo tiempo de sonreír brevemente a su bebé recién nacida antes de morir tras dar a luz en un hospital del distrito de Nizhneserginskaya, en Rusia. La mujer de 22 años fallecía varias horas después a causa de un error del ginecólogo que la asistió que le arrancó el útero cuando intentaba extraer el cordón de la placenta.
El médico de 27 años se enfrenta hasta tres años de cárcel luego de ser acusado de negligencia, tras ser investigada la muerte de Tepikina durante seis meses, según ha publicado el Daily Mail. Durante la investigación, algunos testigos del parto explicaron que la placenta de Tepikina no se había separado de su útero invertido, tal y como ocurre durante un parto normal.
Después de que Anya, la bebé saliera la placenta de Tepikina no se desprendió, por lo que la comadrona llamo a un médico para que la ayudara. El obstetra tiró "violentamente" del cordón umbilical, causando que la joven madre gritara de dolor al arrancar el útero, según explicaron los padres de la fallecida.
La mujer sufrió un paro cardíaco y nunca recuperó la conciencia; la causa oficial de su muerte es resultado de un shock severo a causa del dolor.