Coco es un perro policía. Está entrenado para detectar drogas, así que cuando le meten en el coche que aparece en este video hace su trabajo. Y lo hace rápido. En segundos, marca con su pata la radio del vehículo y recibe como premio una pelota de goma. Ahora, le toca el turno a los agentes que deben practicar el registro. Son capaces de desmontar un coche en minutos, así que algo tan sencillo como una radio sale en segundos de su alojamiento. Y aquí comienza algo más parecido a un truco de magia que a una investigación policial.
Como en una chistera, la mano del agente se introduce en el salpicadero y encuentra una bolsa. Son joyas y relojes. La pregunta que hace a su compañero es cómo es posible que el perro las haya detectado.
"El perro que tenéis es una máquina", exclama. "¿Lo huele todo, o qué?
"No, pero lo han tenido que utilizar como caleta de droga", le explica su compañero, que le pregunta si dentro hay más cosas.
Y la mano vuelve a introducirse en la chistera-salpicadero. "Graba, graba", se escucha mientras sale con un fajo de billetes, y el agente al grito de ¡Coco, buena!, ¡Coco!, felicita al perro.
A partir de ahí, como cuando un mago saca una ristra de pañuelos de su sombrero de copa, del salpìcadero empiezan a salir, uno tras otro, paquetes de billetes cuidadosamente embalados. Uno, dos, tres, cuatro...el agente vuelve a meter la mano y avisa de que viene premio, un fajo doble que apila junto a los otros cuatro en el asiento del copiloto.
¿Será posible que salga algo más? Pues claro, esto es un `narcotruco´, y allá que sale un sexto, un séptimo, y un octavo mazo, esta vez de billetes de cien.
"Coco, te lo has ganado tío", dice el agente
Y sí, gracias a Coco, hemos podido asistir a un momento `mágico´ en la lucha contra el narcotráfico.